jueves, 26 de diciembre de 2013

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El Miércoles, 25 de diciembre, 2013 9:58 P.M., CubaNet <lista_diario@yahoo.com> escribió:
Diario de Cubanet.  Jueves 26 de diciembre de 2013
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“La tortura sicológica fue intensa, permanente. Quisieron borrarle el cerebro”
Lilliane Ruíz
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Llovía torrencialmente en La Habana. Era el primer día de diciembre y Miriam Leiva llegaba a Cuba portando las cenizas de su esposo y los recuerdos de casi 40 años juntos. Oscar Espinosa Chepe había fallecido después de una larga convalecencia, que compartieron juntos como otras tantas cosas en su vida: el trabajo, el activismo cívico y el amor.
Rodeada por los libros y los periódicos que él atesoraba, está ahora la urna de metal, en el pequeño apartamento de donde salió el último marzo en busca de tratamiento médico a España. Para quienes conocieron a este matrimonio es difícil imaginar al uno sin el otro.
Cubanet-¿El dispuso el retorno de las cenizas?
Miriam Leiva- Cuando nosotros llegamos al Hospital La Fuenfría, él estaba muy mal. Me dijo: Cuando sea, yo quiero que me incineren y que me lleven para Cienfuegos. La doctora pasaba a verlo varias veces en el mismo día y una de esas ocasiones él, con una fuerza y una claridad tremendas, le dijo: “Doctora, yo quiero regresar a Cuba”. Ella y yo nos miramos, porque en las condiciones que estaba eso era imposible. Y volvió a decir: “Es que es difícil decirlo…Cuando suceda, quiero regresar a Cuba. Porque siempre he querido estar en Cuba”. Y entonces ella le dijo: “No te preocupes que tu mujer ya tiene todo organizado”.
Nosotros fuimos en marzo y él falleció a fines de septiembre. El 23 de septiembre.
Cubanet-¿Por qué no se fue antes a mejorar su salud?
Miriam Leiva -Le prohibieron salir al exterior y regresar. O sea, teníamos que irnos permanentemente de Cuba. Cuando él salió de prisión en noviembre de 2004 pudo haberse ido al exterior a vivir permanentemente y hacerse tratamiento médico, y me dijo que no, que si no podía regresar a Cuba,  no iba a ninguna parte.
Cubanet-¿Qué otra limitación imponía a su vida la licencia extrapenal?
Miriam Leiva -Cuando es liberado en el 2004, viene para la casa. Entonces le dicen que no puede volver a sus actividades, que no puede escribir, que no puede hablar. Yo le avisé a la prensa extranjera que Oscar estaba aquí y todos vinieron, todo el que quiso, montones de corresponsales acreditados en la Habana, y él inmediatamente empezó a escribir y hablar.
-Como al año y medio lo citó el Tribunal Municipal de Playa para decirle que no podía seguir haciendo las actividades que estaba haciendo, que estaba siendo monitoreado por los “factores” del barrio (Partido, Juventud, CDR) y que informarían sobre su comportamiento. Y sobre la base de eso podían tomar las medidas convenientes y le dieron un documento con unas 11 prohibiciones, entre ellas, que no podía salir de La Habana sin permiso, no podía permutar, tenía que trabajar. Por ahí anda el papel. Son como 10 u 11 prohibiciones que tiene. Y nada, él siguió haciendo lo mismo porque hay una realidad, que él expresa sus opiniones de manera constructiva y para lo mejor de nuestro país, además siempre él y yo les hemos dicho: demuéstrennos que estamos mintiendo. Demuestren que estamos diciendo algo incorrecto. No lo pueden demostrar;  nosotros seguimos.
Cubanet-¿Y este año su salud empeoró?
Miriam Leiva -El año pasado en junio empezó con un problema en la pierna, tenía muchos dolores, y después empezó a exacerbarse el problema del hígado, sentirse mal y bajar de peso. Ingresó en la terapia intensiva del Hospital Fajardo, que es donde siempre se atendió, y entonces ahí vieron que el sistema biliar estaba obstruido, parece que eso llevaba tiempo y se fue deteriorando.
La solución inmediata era ponerle una prótesis en el conducto biliar por vía endoscópica, o sea mínimo acceso. Pero que esa prótesis dura 2 o 3 meses y hay que volverla a cambiar porque se puede contaminar por la infección misma de los procesos biliares. Entonces tenía que cambiársela. Él tuvo que ingresar en diciembre porque se puso muy mal, y ahí no tenían para el turno y le dijeron que se comprometían a que le iban a tener el turno a principios de enero, no fue a principios, fue a mediados; pero bueno, hubo el turno y el doctor que lo vio en esa ocasión me dijo que el problema era no solo que tuviera ese conducto biliar obstruido, sino que por ese deterioro del sistema biliar él tenía mucha ramificación de los conductos muy dañada y que aquí ya no había otra cosa que hacerle. Quizás en el exterior había otros tratamientos pero en Cuba no había otros recursos, otras posibilidades.
Cubanet-¿Y esta vez le dieron garantías de poder regresar?
Miriam Leiva -Ahí fue cuando empezamos a tratar de convencerlo de que fuera al exterior a hacerse tratamiento porque ya ahora sí, si se quedaba en Cuba, era muerte segura más tarde o más temprano. Y costó trabajo convencerlo. Entonces él dijo: si me dejan regresar yo sí voy, y ahí yo me movilicé. Me puse en contacto con distintos gobiernos para ver dónde había posibilidades inmediatas porque bueno, quizás en otro lo habría pero más dilatado. El Gobierno de España -donde hay un desarrollo en hígado muy grande- dijo que sí, que ellos le podían dar la asistencia médica, que todos los demás gastos corrían por nuestra parte. Y yo no pregunté mucho cómo iba a resolver el pasaje pero dije: sí, sí vamos a empezar a hacer los trámites para que le den permiso de salida y regreso. Aquí contestaron que sí, que le iban a dar pasaporte, que podía regresar. En definitiva era evidente que podía regresar…
Cubanet- Cuéntanos de Madrid…
Miriam Leiva -Yo tenía mucho miedo a que no llegara con vida allá a Madrid; pero bueno, por suerte llegó. Bastante débil, pero llegó. Le saqué  un seguro de viaje y en el aeropuerto lo moví todo el tiempo en silla de ruedas. No tenía fuerzas para caminar. Llegamos un martes y el miércoles por la mañana ya estábamos en el Hospital Puerta de Hierro. Lo ingresaron en Urgencias. Le hicieron todo, los chequeos todos que se hacen para el ingreso y en cuanto hubo habitación disponible, lo llevaron. Después de algunas pruebas, le cambiaron la prótesis. Allá le descubrieron que sobre ese hígado enfermo y ese problema biliar llevaba una hepatitis B que aquí no había sido diagnosticada, y una bacteria que se llama Clostridium difficile. Lo pusieron en aislamiento sobre todo por la hepatitis. Así estuvo días hasta que ya se le quitó el brote de hepatitis y él mejoró. Le comenzaron un plan especial para el clostridium y bueno, fue mejorando. Pero se seguía sintiendo muy decaído, muy
decaído. Él tenía la esperanza de que le podrían hacer un trasplante de hígado, pero ya a su edad, después de los 70 años no se realiza. Además de eso estaba muy deteriorado.

Cubanet-En Madrid se encontraron los dos maestros…
Miriam Leiva -Él dio una conferencia en la Fundación Hispano-Cubana, que es la última grabación  suya. Ese día tenía fiebre muy alta. Después, cuando el profesor Carmelo Mesa-Lago fue allá, nos invitó al hotel donde él estaba. Por e-mail le dijimos que para Oscar sería un esfuerzo grande. Entonces Carmelo y la esposa fueron a vernos, ya nos habíamos mudado para un hostal más pequeño y más  barato. No estaba malo, no me puedo quejar del lugar.
Carmelo nos invitó a que fuéramos a su conferencia en la Casa de América y también a otro encuentro en el Instituto Elcano, una institución de análisis de Política Exterior muy prestigiosa en España. Fue muy bonito porque cuando Carmelo terminó las palabras en la Casa de América, cuando ya otras personas habían preguntado, Oscar no sé qué fue a decir de la conferencia de Carmelo y hacer una pregunta. Y antes de contestar Carmelo dijo: “Oscar Espinosa Chepe, que está aquí’. Entonces fue muy bonito, tuvo unas palabras muy bonitas sobre Oscar, lo aplaudieron mucho y fue muy bonito aquello.
Miriam narra la historia                                                                                                                                          
Cubanet-¿Empeoró su salud en la cárcel, en la Primavera Negra de 2003?
Miriam Leiva -Después del registro que empezó aquí a las 4:30 de la tarde hasta las 3:00 de la mañana, se llevaron a Oscar para Villa Marista. Ya a los pocos días, cuando me dan una visita, creo que pasó una semana, creo que daban una visita a la semana. Una visita de 15 minutos con los oficiales dentro del cuartico y no se podía hablar de otra cosa que no fueran problemas familiares, él ya había bajado mucho de peso. Estaba cetrino, un color típico de cuando el hígado está en crisis. ¿Por qué? Por los interrogatorios tan intensos que hacen en Villa Marista. El gobierno cubano no tortura de forma que se vea físicamente, pero la tortura psicológica es muy sofisticada y muy intensa. Y eso era lo que  aplicaban a Oscar. Entonces sencillamente estaba en una celda con 3 presos comunes, casi no podían caminar porque era muy pequeña, ahí no podían tener nada, ni cepillo de dientes, cuando ellos querían algo tenían que tocar en el metal, para que el carcelero abriera la rejita y
dijera -¿qué quiere?-. Los interrogatorios eran cada cierto tiempo, cuando se les ocurrían, cuando querían y sobre todo cuando ellos pensaban que el preso pudiera estar dormido. De manera que no había descanso. Oscar me contaba la conversación, fundamentalmente en el caso de él, por ejemplo: de la forma de pensar de él, que por qué él estaba metido en eso, por qué, que no valía la pena, que en definitiva qué cosa él hablaba de que había que hacer reformas, él le ponía de ejemplo: “si hasta Viet Nam y China están haciendo cambios y reformas ¿cómo en Cuba no se va a poder hacer?”

-Finalmente, el día del juicio un interrogador le responde: “Chico, porque nosotros no somos ni chinos ni vietnamitas”. Él seguía exponiendo lo mismo que decía aquí, en la sala de su casa. La intensidad de ese sistema de interrogatorio y la mala alimentación, las condiciones, todo, el estar hacinado en ese lugar…lo deterioró mucho. Por exigencias nuestras lo llevan al Hospital Militar. Allí no le hicieron ni análisis ni nada, me dijeron que porque lo iban a mandar a prisión, y a prisión fue. Lo mandaron para la cárcel de Guantánamo. Un viaje que para todos fue muy fuerte, muy duro, porque los montaron en una guagua, esposados, que no se podían hablar uno a otro, y los fueron dejando por todas las cárceles en el recorrido, hasta Guantánamo que fue la última.
Cubanet- De Guantánamo fue trasladado….
Miriam Leiva -En Guantánamo se puso muy mal. Yo fui para allá. Entonces lo pasaron por fin para el hospital de esa ciudad. En eso empezó a llover  y el hospital atendía nada más que urgencias, y lo pasaron para el hospital de El Cobre, en Santiago de Cuba, que depende de la prisión de Boniato. Ahí le quisieron imponer todas las pruebas médicas que estimaran por dentro y dijo que no. Le dijeron que si no se dejaba hacer las pruebas, lo iban a mandar para Boniatico: la parte de la prisión de Boniato donde están las celdas de aislamiento. Había otros de los 75 ahí en aislamiento. Enseguida me entero de que lo han pasado para Boniatico.
Cubanet- ¿Qué pasó en Boniatico?
Miriam Leiva -Arranqué otra vez para Santiago, con una médico, familia de nosotros, y el director de la prisión me dijo que los médicos no estaban, que yo no podía hablar con los médicos. Le dije: “Mire, yo lo único que tengo que hacer en mi vida es atender a Oscar Espinosa Chepe y, por lo tanto, me puedo quedar aquí en la prisión, donde a ustedes no les moleste que yo me ponga, me pongo ahí”.
En eso apareció un oficial del Ministerio del Interior y lo llamó aparte. Ese hombre no habló en todo el tiempo, nada más que se sentó y cuando había algo de su interés en la conversación,  él llamaba al oficial para afuera y le decía lo que tenía que hacer. Aparecieron los 3 médicos, el jefe médico y dos más. Le explicábamos toda la situación, la médico le explicó sobre Oscar. Fueron a ver a Oscar que evidentemente estaba muy mal y lo regresaron a la parte de los presos del hospital de El Cobre. A él no le pasaban ni periódicos ni nada, lo pusieron en un aislamiento total. No le decían que nosotros habíamos estado allí, que llamábamos 3 veces al día; por la mañana la madre, por el mediodía una hermana y por la noche yo. Lo aislaron completamente.
Cubanet -De Boniatico para La Habana…
Miriam Leiva -Un día me entero que la tarde anterior Oscar se había puesto muy mal, como a las 3 de la tarde y que llegaron a  las 11 pm y lo montaron en un avión para La Habana y que estaba en el Hospital Militar “C J Finlay”. Eso fue en agosto de 2003. Yo pedí un informe médico. Me decían: “Sí, te lo vamos a dar”, y te lo vamos a dar fue que cuando me reuní con un médico en septiembre, lo que me leyó fue un papel que él tenía que no decía nada apreciable. Era una historia más chiquita que la que yo me sabía, mucho más pequeña. No me decía cómo estaba Oscar en esos momentos, ni por qué estaba allí. ¿Tú sabes lo que es no darte información médica porque no les daba la gana? En marzo del año siguiente me dieron alguna información ante tanta insistencia mía y también por presiones de la comunidad internacional.
La tortura sicológica a Oscar Espinosa Chepe fue intensa, permanente, y muy mal intencionado todo. Los presos cuando están en un hospital tienen visita una vez a la semana. Oscar tenía visita una vez al mes y nunca sabíamos cuando iba a ser. Que yo no lo supiera no importaba, pero él, que era el preso, no lo sabía. ¿Tú sabes cuándo Oscar se enteraba? Cuando le abrían la celda. En ese lugar las celdas  son cuartos, es una casa antigua con unos cuarticos. Y él estaba con presos comunes, él sabía que estuvo un tiempo Coco Fariñas porque lo oía, nunca se vieron, o se lo dijeron ahí, no sé. Los presos tenían derecho a televisión, a Oscar nunca le dejaron ver televisión. Cuando vino de Santiago, le quitaron todo, absolutamente todo. Lo dejaron en Villa Marista y yo tuve que ir a Villa Marista a buscarlo. Le quitaron hasta la biblia. Las cartas, las fotos, todo, todo, todo se lo quitaron. Entonces yo tiré ahí todo cuando vine de Villa Marista y todo lo retraté, todo. En la primera
visita me presenté con la biblia y le dije: ¿Ni esto puede tener Oscar aquí? Y por eso él tenía la biblia. No podía tener nada que tuviera que ver con su vida, con economía, con Cuba, con nada. Ellos le querían borrar el cerebro a aquel hombre. No le daban ni el periódico Granma. La única vez que le pusieron el televisor - le abrieron la cortina que ponían en la reja de la celda y le viraron el televisor desde allá-, fue cuando el ex canciller Felipe Pérez Roque dijo en televisión que Oscar estaba mintiendo sobre su enfermedad.

Cubanet- Miriam, tú estabas experimentando el castigo impuesto por el régimen a Oscar; pero seguiste escribiendo…
Miriam Leiva -Sí claro, escribía más que nunca. No paraba. Enseguida coordiné con otras mujeres de los 75 e iniciamos el fuerte movimiento por su liberación.
Cubanet-¿Sentiste miedo en algún momento?
Miriam Leiva -Mira, yo te voy a decir una cosa: el miedo se siente un momento alguna vez, en determinadas situaciones. Lo que pasa es que el miedo tú lo superas  o no lo superas. Al que no lo supera se le acaban los nervios y de este país se tiene que ir, o se destruye en su casa. Y, bueno, todos los seres humanos sentimos miedo … pienso que he tenido mucho miedo en algunos momentos, pero son segundos, y ya, me pasa y sigo. ¿Te das cuenta? El problema es ese: superar el miedo.
¿Tú sabes lo que a mí más me daba fuerzas? Que no puedo estar ante una injusticia, que me quieran imponer, que me quieran chantajear, y que me estén diciendo cosas que no son verdad. Además, que le estén haciendo daño a una persona que no ha hecho nada malo.
Cubanet- Y ahora, ¿cuáles son los proyectos personales de Miriam Leiva?
Miriam Leiva -Seguir escribiendo y opinando. Mi compromiso fundamental era traer las cenizas de Oscar. Me quedé dos meses para resolver la certificación de defunción y  hacerme también un chequeo médico, pero no quise prolongar eso porque lo que yo quería era traer las cenizas lo antes posible.


¡Ya nos dejan comprar carro!
Martha Beatriz Roque
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Si alguien tenía dudas de la existencia de las clases sociales en el país, puede perderla después de la divulgación de la entrada en vigor de nuevas regulaciones para la venta minorista de vehículos, que recientemente fue anunciada en el periódico Granma, Órgano Oficial del Partido Comunista de Cuba.
El régimen ha reconocido la existencia de un mercado paralelo al oficial -en particular de vehículos en este caso- el que marca pautas al propio Estado, del precio en que deben comercializarse los vehículos en venta liberada. Define a estos proveedores como entes que venden a precios varias veces mayores que los de la empresa (estatal) comercializadora establecida. Lo que implica que las leyes del capitalismo se han ido por encima de las que quieren imponer a la sociedad los que detentan el poder.
Ello permite pensar que son irreversibles las acciones de mercado que se han ido tomando y que a pesar de que se plantee que todo cambio se hará dentro del “socialismo”, cada vez será más difícil mantener esta teoría; la sociedad ha empujado a hacer estas modificaciones en el sistema y sigue presionando para obtener otras. Quizás es algo lento, pero lo que sí se puede asegurar es que no tendrá marcha atrás.
También es importante que se admita que los mecanismos y las trabas que establece el Estado para la comercialización de algunos productos y servicios se convierten en una fuente de especulación y enriquecimiento para los que están alrededor de ellas. En este caso, las “cartas de autorización” para la adquisición de vehículos eran el componente más importante de toda una red de corrupción gubernamental, que el propio régimen no se atrevió a eliminar con sus acostumbrados métodos de represión.
Sin embargo, reconoce que alrededor del 30% de los que compraron autos por este sistema, con posterioridad los vendieron, lo cual es un índice de que el procedimiento administrativo empleado hasta el momento consigue dar “ingresos adicionales” a algunas personas y dejan espacio a la ilegalidad. Algo que sucede no solo con la venta de autos, pero también con todo aquello que el Estado quiere controlar a niveles extremos.
Aunque no ha salido la legislación que dicta las medidas que se explican, como siempre cortaron de raíz, porque un escrito aparecido en la prensa gubernamental, no importa que sea firmado por Leticia Martínez Hernández o cualquier otro periodista, tiene el efecto oficial, es por eso que las cartas de autorización emitidas por el Ministerio de Transporte para la adquisición de vehículos seguramente ya no tienen vigencia; aunque se priorizarán sus poseedores para adquirir primero que todos los vehículos que se vendan; lo que traducido del lenguaje virtual a la realidad, quiere decir que ya no sirven para nada las que están emitidas.
Continuará la restricción de que las personas jurídicas cubanas o extranjeras, no pueden vender vehículos a las personas naturales, o sea las empresas estatales, las organizaciones “no gubernamentales”, los diplomáticos, los extranjeros residentes en Cuba, no pueden llevar a cabo transacciones de venta con particulares.
Cuando la Gaceta Oficial publique la autorización de estas nuevas normas jurídicas, deberá dejar sin efecto el Decreto 292, que lleva implícita las limitaciones de este procedimiento; lo que implicaría también un reconocimiento a que en los Lineamientos del VI Congreso del Partido Comunista no se previeron cambios en la política de venta por el Estado a las personas naturales, lo que permite afirmar que esta nueva perspectiva se va por encima de lo que se implantó en el Lineamiento 286 que dice: “establecer la compraventa de medios automotores entre particulares”.
Si el grupo de poder de la sociedad –en el que está incluido la familia de los dirigentes- compra autos, habrá otros problemas como por ejemplo los relacionados con la infraestructura vial, no solo en la capital, pero en todo el país, ya que está en muy mal estado por falta de mantenimiento; también habrá un incremento en la bolsa negra de combustible.
De igual forma el mercado subterráneo se verá incrementado por la nueva autorización de venta de carrocerías -resultantes del desarme de vehículos- a personas jurídicas y naturales por reposición, lo que aparece como algo sin ninguna importancia en la nota de prensa publicada, pero que es la solución de muchas personas que tienen en los garajes de sus casas autos que han ido vendiendo en piezas y de los que solo les queda la carrocería.
Serán algunos los beneficiados por esta nueva legislación cuando se promueva, pero también saca sus frutos económicos el régimen; aunque desde el punto de vista político es un reconocimiento a que las restricciones establecidas –durante tantos años- no permiten el desarrollo del sistema.




Lázaro Fariñas y el castrismo bipolar
Camilo Ernesto Olivera
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -El pasado martes 17 de diciembre, el rotativo cubano Juventud Rebelde público un artículo firmado por el periodista cubano residente en Miami Lázaro Fariñas, bajo el título, “Ley de La Seguridad Ciudadana Española". Fariñas comienza su texto describiendo un incidente que tuvo lugar en el Aeropuerto Internacional de Miami hace unos días. El cantante del grupo español de rock Reincidentes, protagonizó un altercado en este lugar y fue detenido por la policía. A continuación, nos pone al tanto sobre la denominada Ley de la Seguridad Ciudadana, proyecto aprobado recientemente por el gobierno español.
Dicha ley sanciona con fuertes multas a quienes realicen concentraciones sin previo aviso frente a entidades del gobierno, cierren una vía pública o insulten a un agente policial. Al final, afirma: "Pero a la policía española, en especial, no le hace falta que hagan una ley a su favor, ya que es un cuerpo que anda con el palo en la mano y lo ha empleado hasta el cansancio contra las cabezas de los que han salido a las calles a protestar. Y allí si son de verdad las palizas. Lo he visto en varias ocasiones, tanto personalmente, como en la pantalla de la televisión".
Al menos en España, los ciudadanos tienen la opción legal de protestar contra una ley que coarta sus derechos. En Cuba, desde el año 1998, se aprobó de manera inconsulta la Ley 88 o Ley Mordaza. Quien se atreve a opinar contra el gobierno, en la esfera pública, a través de medios de prensa alternativos o publica estas opiniones fuera de la isla, está sujeto a penas de 4 a 8 años de prisión.
Si el señor Fariñas osara en Cuba señalar al estado con textos como los que publica en Miami, criticando a las instituciones o funcionarios, correría el riesgo de ser encausado y encarcelado en cualquier momento. También quisiera verlo, en la piel de un cubano opositor, lidiando con la casi enfermiza tendencia a la golpiza que caracteriza a las fuerzas paramilitares del Departamento de Seguridad del Estado (DSE). Me pregunto si aceptaría ser apabullado por una turba de delincuentes devenidos esbirros en ropa de civil.
En La Habana, la policía política celebró el Día de los Derechos Humanos golpeando y deteniendo a opositores políticos. Y éstos no tienen la posibilidad de ir a ninguna parte para protestar por los vejámenes recibidos ni pueden acusar a sus captores ante la ley. Qué pensaría el señor Fariñas si a una mujer de su familia la golpearan policías de civil y turbas progubernamentales, hasta enviarla al salón de operaciones, tal y como sucedió en Santiago de Cuba. O si le dispararan siete veces agentes del orden en uniforme, y estos quedaran impunes. ¿Aceptaría el señor Fariñas la invasión de su domicilio por uniformados con armas largas? ¿Podría mirar impasible como encañonan a sus familiares más cercanos, todo por el simple hecho de ser un activista a favor de las libertades civiles?        
Lázaro Fariñas es un hombre afortunado. Sabe que si la policía en Miami, Madrid, Atenas o Santiago de Chile viola sus derechos como ciudadano, las leyes lo protegen.  De vivir en Cuba, su suerte sería bien distinta. Pregúntenle en este sentido al rapero "El Crítico", a Ángel Santiesteban o a cualquier cubano de a pie.  Pero el Castrismo es, entre otras cosas, un enfermo bipolar.  Lamentablemente, este padecimiento es demasiado frecuente en la diáspora cubana actual.
Para Lázaro Fariñas resulta fácil criticar el ascenso de un fascismo de nuevo cuño en la España bajo el gobierno de Rajoy. Debería ponerse los pantalones de Boris Larramendi y atreverse a mirar de cerca la naturaleza torcida y represiva del régimen que pretende defender. Después de todo, la diferencia entre un periodista y un propagandista político consiste en la lealtad a la verdad de los hechos. Y de esa clase de lealtad estamos muy necesitados en Cuba, y en la diáspora.


La Navidad de los cubanos, la más cara del mundo
Augusto Cesar San Martin Albistur
La Habana, Centro Habana, 26 de diciembre de 2013. Crecí mirando un arbolito de Navidad  con adornos de vidrio, escondido por mi abuelo en espera de la redención navideña. Eso y una foto de familia en blanco y negro de 1966 durante la comida de Nochebuena, fueron las señales que me dejo la Natividad cristiana.
La visita de Juan Pablo II a la isla reivindicó la festividad del 25 de diciembre pero el espíritu navideño quedo atascado en la prohibición y las limitaciones.
Desde finales de noviembre los centros comerciales brindan la imagen de celebración con una especie de descorche que exigió a los dependientes usar vestuarios de Navidad.
Detrás de las vidrieras se vende lo que antes estaba prohibido y ahora es imposible comprar. Arbolitos de Navidad cuyos precios en dólares oscilan desde 3.50 (30 centímetros), 80, hasta 122, 60 (1.70 metros)
Led de luces desde 5 dólares, hasta 31 o más. Toda clase de adornos a precios inalcanzables para los cubanos de a pie.
Un dependiente de la cadena de tiendas Panamericana, que solicitó omitir su nombre, declaro a Cubanet:
¨Se venden porque los cubanos están deseosos de tener un arbolito¨.
El mismo dependiente señaló que los adornos de menos precio se agotaron con rapidez.
¨Yo vendí un árbol de Navidad de 122 dólares¨, agrega.
Según su experiencia como vendedor considera que las compras de los adornos navideños están concentrada en los ¨nuevos ricos¨.
Otro empelado de la misma cadena de tiendas de las FAR que trabaja en los almacenes considera que los productos se encarecen en los almacenes centrales de distribución.
¨El costo es muy inferior a los precios de venta que terminan triplicados en las tiendas¨, dice.
En menos de un mes estos artículos tuvieron que admitir varias rebajas pero todavía distan del poder adquisitivo de la población.
Arbolito, regalo o cena
Para Indira de 26 años residente en el municipio Cerro, los adornos de Navidad dejaron de ser problema. Ella desistió de comprarlos.
¨ Es una fecha de regalos, tengo dos hijos a quienes les ilusionan los juguetes¨, dice.
Cuenta la joven que entró a la juguetería del centro comercial de Carlos III con 15 dólares. Tenía la intención de comprarle un regalo a cada uno de sus hijos pero también encontró precios inalcanzables.
¨Vender un juguete en este país, en más de 300 dolores es un descaro¨, comentó la joven.
Los precios de los juguetes de calidad oscilan entre 10  y más 300 dólares (7500 pesos).
Víctor, informático de 30 años, residente en Centro Habana narra el momento más amargo del 2013.
¨Fue cuando tuve que quitarle de las manos a mi hijo un juguete de 44 dólares (1100 pesos)… Aquí (en Cuba) la Navidad es triste para nosotros¨, dice.
El informático, no compro adornos para el arbolito heredado de unos primos que emigraron a los EUA. Tampoco regalos. Él decidió invertir los ahorros en una cena para reunir a la familia.
¨En carne de cerdo se me fueron 25 dólares (625 pesos). Lo demás, para que te cuento. Los turrones están a más de 3 dólares. Con eso te lo digo todo¨, expresó.
La Navidad es algo más que un día feriado. Consentimiento con el que gobierno restauro la celebración deshecha cuyo verdadero espíritu nos tomara años recuperar.
Muchos cubanos no tendrán arbolitos cenas o regalos, no por prohibición como la vivió mi abuelo, si no por las limitaciones que imponen las carencias.
Seguimos esperando tiempos mejores, para tener un arbolito de Navidad y depositar regalos a su alrededor antes de sentarnos con la familia para disfrutar de la comida de Nochebuena. Tres esperanzas que una población, en su mayoría católica, percibe lejos en cada Navidad.



NOTICIAS
Sin solución salidero de aguas albañales en Santa Clara
SANTA CLARA, Cuba, 25 de diciembre de 2013, Yesmy Elena/ www.cubanet.org.- Vecinos  del reparto Virginia dijeron el pasado  lunes 23  que el gobierno de la provincia y la dirección de comunales no le dan solución a los desbordamientos de fosas y alcantarillados.
Erundina Águila, vecina de la Calle Nueva,  esquina B, entre Prolongación de Marta Abreu y Callejón del Salado, afirmó  que, cuando llueve, las aguas del alcantarillado entran y salen por el interior de su vivienda y cuando no se mantiene una laguna frente a su vivienda.
Águila dijo también que este problema ha generado focos de mosquitos, roedores y pestilencia, y destacó que un vecino se encuentra ingresado con dengue.
Roberto Miranda, otro de los afectados,  destacó  que  han presentado numerosas quejas ante el Gobierno Municipal del Poder Popular  y a la Dirección de Acueducto y Alcantarillado, y que las entidades no se han pronunciado hasta el momento.
Santa Clara, ciudad capital de Villa Clara, es uno de los municipios más afectados del país con casos de cólera y dengue.
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"Sólo la opresión debe temer al pleno ejercicio de las libertades"
José Martí

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