jueves, 30 de agosto de 2012

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ARTÍCULOS
Desaparecidos por partida doble
Juan Carlos Linares Balmaseda

Menos pifias y más aciertos  
Jorge Olivera Castillo 

“¡No hay novedad, señora baronesa!”
René Gómez Manzano

Pastora Nuñez: El expediente que no vio el cardenal 
José Antonio Fornaris

Más  de  lo  mismo  alrededor  de  un  monumento  nacional
Roberto Quiñones Haces

NOTICIAS
Más de 30 heridos en un incendio en Santiago de Cuba
Dos heridos en una cola por frazadas de piso

OPINIÓN
Putin, otro traidor a la patria / Baldomero Vasquez Soto
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ARTÍCULOS

Desaparecidos por partida doble
Juan Carlos Linares Balmaseda

LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -En medio de la consternación ocasionada por la muerte de Oswaldo Payá, el periódico Granma revelaría un misterioso hallazgo: habían encontrado los restos mortales de uno de los dos “diplomáticos” cubanos desaparecidos en Argentina, la noche del 9 de agosto de 1976. 
Crescencio Nicomedes Galañena, de 26 años, y Jesús Cejas Arias, de 22, fueron presuntamente capturados por las fuerzas represivas de la policía bonaerense. Y no se supo más de sus paraderos.
El investigador cubano José Luis Méndez, anunciaba en el referido periódico que se pudo identificar el cadáver de Crescencio. Aunque se excluían de la entrevista las explicaciones sobre el por qué el gobierno cubano nunca orquestó una campaña pública –de esas en las que se especializa- para procurar su reaparición de nada menos que dos de sus diplomáticos. Tampoco se informó en el Granma si hubo reclamos formales a la dictadura militar argentina en la época, o a los posteriores gobiernos democráticos instaurados mediante el voto popular. Mucho menos se mencionó el tipo de actividades que cumplimentaban ambos funcionarios cubanos en Argentina. 
Por aquella época ya eran una constante las ambiciones totalitaristas de Fidel Castro en todos los continentes y su intromisión en cuanto conflicto politico existía en el mundo.  
En Cuba, no cesaban las frenéticas movilizaciones organizadas por los “organismos de masas”, instrumentadas con métodos coercitivos y más que todo para el consumo interno. Desde las tribunas, llovían las acusaciones contra tal o más cual agresión del “imperialismo yanqui y sus lacayos”. En el año 72 se gritó y marchó hasta la saciedad para reclamar el retorno de unos pescadores supuestamente secuestrados por los norteamericanos, se pedía la libertad lo mismo de Angela Davis que la de Luis Corvalán, y la reaparición de cuanto desaparecido (de izquierda, por supuesto) existía en el Planeta. Sin embargo, del caso de los dos diplomáticos cubanos desaparecidos apenas se habló en la Isla, y el asunto terminaría olvidándose por completo. Fueron desaparecidos por partida doble, víctmas de dos dictaduras amigas. 
Lo que sí se recuerda es que por esa misma época las dictaduras cubana y argentina, supuestamente en las antípodas en le aspect ideológico, vivían una luna de miel comercial. Miles de autos Dodge, Ford, Fiat, Peugeot, de fabricación argentina, comenzaron a transitar en Cuba, como taxis, o como autos patrulleros de la Policía Nacional Revolucionaria, y otros eran vendidos a extranjeros residentes en la Isla, o a algunos médicos e ingenieros nacionales cuidadosamente seleccionados por su fidelidad revolucionaria. 
También se importaron de Argentina pescaderías, construidas con tecnología de módulos y paneles metálicos prefabricados. Además, los cubanos pasaríamos a ser consumidores de granos y cereales cosechados en ese país. 
Evidentemente, no eran nada malas las relaciones entre nuestra dictadura y la dictadura militar argentina de derecha, responsable de las dos desapariciones de cubanos y de miles de ciudadanos de aquella nación. Por el contrario, fueron muy armónicos y sustanciosos los intercambios comerciales pactados entre ambas cúpulas militares. Y seguramente buena parte de la deuda monetaria que aun tiene La Habana con Buenos Aires debe remontarse a esa época. 
Los más viejos tampoco han olvidado los debates del Comité de Derechos Humanos de la ONU, y las repetidas ocasiones en que los diplomáticos cubanos defendieron a sus colegas argentinos, y viceversa, como fieles aliados, o cómplices. Algo de lo que la vociferante izquierda argentina, hoy en el poder con la presidenta Fernández a la cabeza, ha elegido no hablar y que Hebe de Bonafini nunca ha mencionado en sus constantes paseos por La Habana.
La tapa al pomo la puso Fidel Castro, en abril de 1982, cuando las fuerzas armadas argentinas invadieron sorpresivamente las Islas Malvinas, reclamándo su territorio a Gran Bretaña, y el megalómano dictador cubano le ofreció respaldo militar a la dictadura argentina, si esta lo solicitaba.
Es evidente que -de haber obtenido mejores dividendos geopolíticos y la necearia autorización de la Unión Soviética- Fidel Castro se hubiese involucrado en la disputa, enviando tropas cubanas para apoyar a los dictadores argentinos en defensa de la supuesta soberanía suramericana. 
En similares faenas se involucraba ya Castro en África, con el criminal Mengistu, en Etiopía, y el autoritario y corrupto Dos Santos, en Angola, por quienes los reclutas del Servicio Militar cubanos murieron, obligados a pelear en guerras que ni entendían, en países de los que jamás habían oido hablar. 
¿Qué duda cabe entonces de que el silencio sobre las desapariciones de Crescencio y de Jesús fuese una decisión estratégica, con el fin de evitar problemas a los militares argentinos, y que, de paso, no se descubriese qué hacían los dos cubanos en ese país.
Surgen otras interrogantes en torno a los dos cubanos desaparecidos en Argentina: ¿Habrá una investigación de los hechos? ¿Sería una reconstrucción históricamente confiable? ¿Con qué fin, a estas alturas?  





Menos pifias y más aciertos  
Jorge Olivera Castillo 

LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org –Nada indica que a corto plazo pueda articularse un movimiento popular que logre presionar lo suficiente para lograr un cambio político en Cuba. Independientemente del crecimiento de las posturas temerarias de centenares de opositores en la lucha contra las huestes gubernamentales, encargadas de repartir ofensas y golpes a granel, se erigen obstáculos imposibles de subestimar. 
Es preciso evitar los criterios superficiales al adoptar estrategias, así como los análisis mecánicos que pervierten los fines propuestos.
Considero que las circunstancias actuales no son propicias para que una parte relevante de la población rompa las cadenas de la doble moral, la apatía y los miedos.
Sería mezquino desconocer el esfuerzo de tantos activistas cívicos, pero la efectividad de muchas acciones con el propósito de sumar adeptos es a menudo insignificante o nula. El pueblo continua manteniéndose al margen, ante el riesgo de sumarse a un acto tan peligroso como la desobediencia civil.      
Gran parte de los errores que provocan el estancamiento o la lentitud del proceso para sacar a Cuba del mapa totalitario, se debe a la búsqueda de protagonismo, o la incapacidad de los opositores para desempeñar con efectividad los papeles de liderazgo. A esto se une al trabajo de la policía política, con su desproporcionado número de agentes y sus metodologías de cruel represión.
Con las restricciones para el uso del internet (elevados precios y bajo nivel de conectividad), junto al limitado acceso a la telefonía celular, amén de las escuchas ilegales y las intromisiones en las cuentas de correo electrónico por parte de especialistas del Ministerio del Interior, es extremadamente difícil concertar políticas y planes entre las diversas agrupaciones prodemocráticas. 
La dictadura cubana alardea de tener más partidarios que detractores en el plano internacional, no tanto entre los gobiernos como entre ilustres personalidades del mundo académico, artístico e intelectual.
Para colmo, participa, y a veces no como un simple miembro, en decenas de entidades pertenecientes a las Naciones Unidas, y en otras de carácter continental. La pasividad o el silencio de todos los gobiernos del Cono Sur, África, en pleno, y buena parte de Asia, ante sus masivas y flagrantes violaciones de los derechos humanos, le proporciona a la dictadura cubana un holgado margen de legitimidad.
En el globalizado mundo de las comunicaciones, y es duro admitirlo, el grueso de las incidencias que a diario describen los abusos contra quienes eligieron oponerse a la dictadura cubana, queda minimizado ante otras tragedias más mediáticas o de mayor envergadura.
Los muertos en las guerras fratricidas y las espantosas imágenes de las catástrofes naturales o provocadas por el hombre, absorben casi toda la atención de los centros dedicados a seleccionar lo que consideran de interés para la opinión pública internacional.
En el tablero del mundo, el tema Cuba es un problema menor y no se perfilan cambios en este sentido, salvo una milagrosa conjunción de factores internos y externos que favorezca otros enfoques. 
Es inaplazable la búsqueda de nuevos derroteros en la lucha cívica por los cambios, y en la superación de una serie de actitudes mediocres que restan credibilidad al movimiento opositor, a la vez que ayudan a reforzar la maquinaria gubernamental, siempre lista para poner en práctica los más viles castigos físicos y psicológicos.
Hace falta afinar el discernimiento para no equivocarse a la hora de elegir el puesto donde ser más eficaz. Y por otro lado, sería muy importante incorporarle una buena dosis de humildad a todas nuestras acciones, para reconocer las insuficiencias y limitaciones en el cumplimiento de determinadas tareas. 
Ningún ser humano es apto para brillar en todas las metas que se proponga. Como bien dice la Biblia, los dones fueron repartidos y las buenas intenciones no son suficientes para obtener resultados meritorios. La política es una asignatura difícil, enmarañada, que no se aprende en poco tiempo. Hay que afinar las estrategias. Los tiempos exigen menos pifias y más aciertos.
oliverajorge75@yahoo.com    




“¡No hay novedad, señora baronesa!”
René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba,  agosto, www.cubanet.org -Tras un silencio de semanas, el pasado martes 28 los medios oficialistas cubanos se dignaron volver a referirse al brote de cólera que estuvo centrado en la ciudad de Manzanillo. Como recordaron órganos de prensa radicados en el extranjero —no los del patio—, se trató de la primera vez que Cuba confrontaba una situación similar desde la década de los ochenta del Siglo XIX.
El día arriba mencionado, en el órgano oficial del Comité Central del partido único apareció un titular digno de ser reproducido: “El Ministerio de Salud Pública da por concluido el brote epidémico de infección gastrointestinal por transmisión hídrica en la provincia de Granma”.
Los redactores del régimen, con el obvio propósito de evitar utilizar el nombre de la grave enfermedad, recurrieron a la larga frase eufemística que figura en lo arriba reproducido. Esto lo desaconsejan los manuales más elementales de la ciencia periodística, los cuales recomiendan el empleo de oraciones cortas en los titulares.
También se las arreglaron para, en el texto de la nota informativa, eludir el uso de la “mala palabra”. La única excepción se produjo al citar la variedad del vibrión que se detectó. Claro, el nombre de esta última aparece en latín, idioma en que la enfermedad comienza por una “ch” y termina con las vocales “ae”, algo que para los cubanos normales constituye un enmascaramiento eficaz, a pesar de ser, según Fidel Castro, “el pueblo más culto del mundo”.
Al igual que sucedió con el exterminio, en una noche de invierno tropical, de veintenas de pacientes en el Hospital Psiquiátrico Nacional, la investigación de los hechos y la determinación de las posibles responsabilidades correspondió a los más comprometidos: los burócratas del mismo Ministerio de Salud Pública, que es el cuerpo que se supone que vele por que no haya situaciones de este tipo. Algo así como si un ladrón fuese el encargado de establecer si ha habido o no un robo.
Como era de esperar, los redactores de la nota informativa, pertenecientes a la mencionada entidad, consideraron un deber de elemental justicia “reconocer el papel desempeñado por los trabajadores de los diferentes organismos implicados, en especial”… ¿A que no adivinan cuál? Pues sí: “¡Salud Pública!”. Como reza la frase campesina alusiva al techado de los bohíos, la cual aprendí de mi mujer espirituana: Ellos mismos se cobijan y se alcanzan el guano.
Aclaro que no pongo en duda la abnegación y el eficiente trabajo que hayan podido realizar los médicos y otros especialistas que asistieron a los pacientes y participaron en el control del brote epidémico, ¡pero no pertenecen a ese mismo ministerio quienes en primer lugar debieron haber evitado la introducción de la enfermedad en Cuba?
La nota informativa dedica un párrafo al surgimiento de lo que denomina “casos aislados” del mal en otros municipios de la misma Granma, así como en las provincias de Santiago de Cuba, Guantánamo y La Habana. Al respecto se afirma que “todos esos eventos posteriores… ocurrieron a través de personas que viajaron procedentes de Manzanillo”.
Pero, como es lógico, surge la pregunta inicial: ¡Y de dónde provino la infección que afectó a esta última ciudad? Fuentes independientes afirman que la enfermedad fue introducida en nuestro país por los médicos cubanos que prestaron asistencia a los aquejados por la epidemia de cólera en la vecina Haití.
La explicación tiene lógica, pues el hecho cierto es que el último caso de una persona aquejada por esa dolencia en nuestra Isla se produjo hace más de medio siglo. En ese contexto, se señala que las autoridades sanitarias nacionales, con increíble desidia, omitieron someter al personal facultativo procedente de ese insalubre país a la elemental cuarentena, a fin de evitar hechos como el que estamos analizando.
Pero insisto en que, de todo eso, no se dice ni una sola palabra en los once párrafos que componen la nota informativa. Los atrasados haitianos pudieron precisar que la cepa que los atacó provenía del Asia y fue introducida por soldados nepaleses que formaban parte del contingente de la ONU en ese país. ¡Y la “potencia médica” cubana no puede hacer análoga determinación?
Si nos atenemos al texto del suelto, todo marcha bien en la Isla. Cabría repetir aquí la letra sarcástica del estribillo de una graciosa canción en la que se narran calamidades de todo género: “¡No hay novedad, señora baronesa!”





Pastora Nuñez: El expediente que no vio el cardenal 
José Antonio Fornaris

LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Recientemente, fue estrenado en la televisión cubana el documental “Pastora Núñez”, dedicado a un personaje de la revolución casi completamente olvidado por el pueblo.  
Fallecida hace unos dos años, se le conoció popularmente como “Pastorita”. Había participado en la insurrección armada que encabezó Fidel Castro contra el gobierno del general Fulgencio Batista. Al triunfo de los guerrilleros, Castro la nombró Presidenta del Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas. Bajo su égida se construyó la llamada Unidad Uno, de la Habana del Este, y otras miles de viviendas, a la vez que se ocupaba de la Lotería Nacional. 
Pero en relativamente poco tiempo, sin que nunca se haya publicado una explicación oficial, su estrella se eclipsó, a tal punto que los últimos años de su vida los pasó olvidada en el asilo católico para ancianos Santovenia. Unos afirman que desaparecó porque su figura representaba más un peligro que una ayuda para el Comandante en Jefe; no obstante, otros cubanos que eran adultos en aquellos tiempos insisten en que fue destituida por corrupción administrativa, hecho que la convertiría en una de las primeras en la interminable lista de dirigentes corruptos de la revolución.  
La puesta fílmica sobre su vida relata sucesos interesantes y poco conocidos. Entre ellos, el hecho de que, cuando decidió subir a la Sierra Maestra para incorporarse a la guerrilla, le llevó a Fidel Castro cuatro millones de pesos que había logrado recaudar, al parecer entre las clases ricas de la Isla.
Desconozco qué valor tendría ese dinero en 1958, pero algunas personas que saben algo sobre el tema, estiman que en la actualidad serían unos 35 millones de dólares. Si así fuera, se trata de un dato revelador, ya que siempre los voceros del régimen han afirmado que la guerra dirigida por Castro se hizo a costo de grandes sacrificios y carencias personales. 
A partir de ese momento, según el documental, el líder guerrillero nombró a Pastorita Recaudadora de Impuestos de Guerra, o sea, encargada de extorsionar a negociantes y empresarios para recaudar dinero para el financiamiento de la aventura guerrillera. Y ejercitando las funciones de su alto cargo estaba cuando le aseguró a un estadounidense -administrador de un central azucarero, que se negaba a colaborar con la revolución-, que si no pagaba el diezmo exigido por ella, le quemarían el central.
En el documental también se muestra que durante la huelga general de abril de 1958, organizada para sacar a Batista del poder, Pastorita dirigió la toma de varias iglesias, como parte de las actividades de acción y sabotaje llevadas a cabo por los revolucionarios.
En este sentido, vale recordar (aunque es un hecho aún fresco en la memoria de todos) que en marzo del actual año, poco antes de la llegada a Cuba del Papa Benedicto XVI, trece opositores pacíficos entraron a la Iglesia de la Caridad, en el municipio Centro Habana, y luego se negaron a salir, alegando que querían entregar un documento para su Santidad. El Cardenal Jaime Ortega llamó entonces a las fuerzas represivas del régimen, y los oposicionistas fueron sacados a la fuerza de aquel templo. Para tratar de justificar el hecho, unos días después, durante una visita a Estados Unidos, Ortega alegó la falsedad de que esas personas tenían expedientes delictivos, además de decir, despectivamente, que tenían poco nivel cultural. 
Lástima que el Cardenal no haya hablado nunca del expediente de Pastora Núñez, a quien la Iglesia cobijo durante los últimos años de su vida en un asilo católico, rodeada por el recuerdo de sus actividades de violencia armada, que incluyeron, casualmente, la toma de Iglesias. 
fornarisjo@yahoo.com




Más  de  lo  mismo  alrededor  de  un  monumento  nacional
Roberto Quiñones Haces

GUANTÁNAMO, Cuba, agosto, www.cubanet.org -El pasado 28 de mayo, en este espacio, fue publicado un artículo mío  titulado “Situación de un monumento nacional”, en el cual me referí a los valores arquitectónicos, al tesoro documental que guarda la casa natal de Regino E. Boti, - primer gran poeta cubano del siglo XX-  al estado de deterioro en que se halla dicho inmueble y a las constantes agresiones que recibe por parte de ciudadanos  cuyos actos reflejan un primitivismo absoluto.
Ahora, menos de tres meses después, ante la indiferencia reiterada de las autoridades y la persistencia de las agresiones que recibe el frente del inmueble, duele ver  la impunidad con que actúan en pleno centro de la ciudad los bárbaros que, amparados en la oscuridad y en el desparpajo que se ha extendido como una plaga indetenible por toda la sociedad cubana, aprovechan el portal de la casa natal del poeta para orinar sin miramiento alguno sobre las paredes y  la puerta de dicha vivienda y hasta para defecar. La situación ha alcanzado su clímax en los recientes “carnavales”, que hace varias décadas perdieron el carácter espontáneo y folklórico  que distinguieron a dichas festividades desde los ya lejanos tiempos de la colonia.
Las carencias más trascedentes para un pueblo, las que más inciden en su comportamiento y realce de su identidad  son las espirituales. Convertida en máxima la divisa de que todo lo anterior a 1959 debía ser renovado, se arremetió de forma persistente contra principios morales de probada inmanencia social -por estimarlos burgueses y retardatarios-, contra la Iglesia -por entender que estaba a favor de los poderosos y era una fuerza oscurantista-; contra el matrimonio -por estimar que era una formalidad innecesaria-,  contra la familia - pues se proclamaba que la familia de los revolucionarios eran sus compañeros de ideas-, y contra todo lo que de alguna u otra manera se opusiera a los intereses de los supuestamente sapientísimos e infalibles dirigentes de la Revolución . 
Es cierto que nunca se promulgó una ley que privara a los padres de la patria potestad. Ni falta que hizo, pues a los estudiantes que continuaron cursando estudios en las ciudades se les impusieron programas de estudios que los mantenían  alejados del control de los padres durante las principales horas del día, sometidos a un constante adoctrinamiento ideológico y adentrándolos por un camino de servidumbre hacia el gobierno que no pocas veces entraba en contradicción con la autoridad que emana de los padres y que los hijos deben acatar. Más indefensas aún quedaron las familias que se vieron obligadas a enviar a sus hijos a las llamadas escuelas en el campo donde la promiscuidad estaba a la orden del día y la decencia era otro rezago del pasado. 
Ahora estamos pagando las consecuencias de esa política nefasta que tuvo como centro la destrucción de la  Iglesia, de los valores ciudadanos y sociales acumulados en el devenir de nuestra historia y la autoridad de los padres sobre los hijos. Porque cuando un día un hombre en plena calle, a cualquier hora , sin importarle la presencia de otros peatones, abre su portañuela, se pone a orinar como si nada y nadie le sale al paso, es obvio que  algo malo está ocurriendo. Y conste, hay muchos, yo diría que demasiados policías en Cuba, pero jamás aparece uno en esos momentos. 
Un hecho al  que algún día tendrán que dedicarse con seriedad los sociólogos e investigadores es la incidencia  que tuvo en nuestro comportamiento social la emigración masiva de personas pudientes, profesionales y hasta sencillos ciudadanos que vieron en el avance de tamaña ola de vulgaridad y en la negativa a reimplantar la Constitución de 1940 y las libertades conculcadas por el golpe de estado de 1952 un peligro para su condición humana. A algunos de ellos se les puede catalogar como explotadores pero también es cierto que muchos, para llegar a ese estatus,  no sólo tuvieron que trabajar duramente sino que se esforzaron para pulir sus conocimientos y poder contemporizar en sociedad, es decir, se levantaron desde su condición humilde, algo que no significa desconocerla sino identificar los atavismos y carencias que lastran la obtención de  una mayor plenitud humana.
Igualmente ha incidido  en este tipo de comportamiento  el extraordinario flujo migratorio desde el campo a la ciudad. En las principales calles de cualquier ciudad de Cuba se puede apreciar que la mayoría de las personas caminan por  el medio de las vías, lo cual es un típico comportamiento campesino. Por otra parte, antes, según he escuchado, uno de los requisitos exigidos para trabajar en cualquier lugar era ser decente. Ahora, para obtener un empleo, lo que más importa es tu posición ante el partido comunista y sus jefes, siendo penoso ver como hasta en una conversación entre mujeres en un centro de trabajo o en la calle, las palabras obscenas vuelan de una a otra  como si se tratara de mariposas. 
Desde 1959 quizás se haya hecho mucho en Cuba por elevar la instrucción del ciudadano, pero la decencia y el culto a las buenas maneras continúan siendo asignaturas pendientes.  Lo que ocurre hoy en el portal de la casa natal de Regino E. Boti es la  prueba más palpable de cómo la barbarie se afianza, nos atenaza y hostiga, gracias a  la impunidad que favorece su extensión y crecimiento. 



NOTICIAS

Más de 30 heridos en un incendio en Santiago de Cuba

SANTIAGO DE CUBA, Cuba, 29 de agosto (Agencias, www.cubanet.org) – Al menos treinta y una personas resultaron heridas la noche del martes durante un incendio que se desató en una gasolinera de la oriental ciudad de Santiago de Cuba cuando un vehículo embistió una de las bombas de combustible.
De acuerdo con el diario oficial Sierra Maestra el vehículo  "accidentalmente embistió una de las 'bombas' de gasolina en el servicentro Oro Negro", en la intersección de Trocha y Carretera del Morro, en la zona sur de la ciudad.
Entre los lesionados hay cinco que están reportados en estado muy grave, pero ninguno ha fallecido hasta el momento, según el Sierra Maestra.
Algunos de los heridos fueron trasladados al hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas, según informó amartinoticias.com Eunice Madaula, residente de esa ciudad.
Madaula explicó que el alto número de heridos se debe a que “las personas que estaban cerca, cuando vieron la gasolina, quisieron robársela. Había un motor cerca y el chofer arrancó y esa chispa fue la que produjo el incendio”.
Las imágenes divulgadas por los medios oficiales cubanos (únicos permitidos en la isla) mostraron considerables daños materiales en la gasolinera, con la estructura y los surtidores de combustible prácticamente carbonizados.




Dos heridos en una cola por frazadas de piso

LA HABANA, Cuba, 29 de agosto (Agencias, www.cubanet.org) – Dos personas resultaron heridas el martes en el municipio Cruces, de la central provincia de Cienfuegos, cuando intentaban adquirir frazadas para limpiar el piso, un artículo de alta demanda en la isla, dijo martinoticias.com.
“Dos personas resultaron lastimadas, una mujer fue herida en la mejilla y un señor en sus brazos”, reportó Francisco Blanco Sanabria, residente de Cruces, luego de recorrer varias tiendas de la localidad donde el martes se vendieron frazadas de piso.
En la tienda La América los ansiosos clientes se abalanzaron contra las puertas del local, rompieron cristales y varias personas sufrieron golpes, explicó el comunicador que calificó la situación “de caótica” y aseguró que “la policía tuvo que rociar spray para disolver la turba”.
Lisandra Farray ama de casa residente en el Condado, Santa Clara, asegura que limpiar la casa se ha convertido en un problema porque las frazadas “se perdieron” del las tiendas recaudadoras de divisas, donde las venden a 20 pesos moneda nacional o su equivalente en CUC.
“Aquí sólo se consiguen en las tiendecitas de vendedores por cuenta propia que hay en Los Framboyanes, al lado del hospital provincial, y cuestan a 40 pesos”, agregó la joven, según martinoticias.com.
Por su parte, el periodista independiente Alejandro Tur Valladares, residente en la ciudad de Cienfuegos, dijo que en su localidad los artículos para la higiene personal y limpieza se han perdido de los mercados estatales y asegura que cuando los venden “ocurre de todo en las afueras de las tiendas”.
Según Tur Valladares, muchas personas se dedican a hacer colas para comprar en grandes cantidades esos artículos y después revenderlos, algo que a veces provoca peleas y agresiones entre los compradores.
Artículo relacionado: Alarmante la escasez de frazadas de piso.




OPINIÓN

Putin, otro traidor a la patria / Baldomero Vasquez Soto

CARACAS, Venezuela, agosto, www.cubanet.org -El pasado 22 de agosto, Rusia ingresó a la Organización Mundial del Comercio (OMC). Era la única potencia económica que estaba fuera de la institución que fue creada en enero de 1995. Rusia había hecho en 1993 la solicitud para integrarse al Acuerdo de Aranceles y Comercio (GATT). Tras 19 años de negociaciones se convierte en el socio 156 de la OMC, la cual se encarga de regular los intercambios comerciales del mercado mundial capitalista. Éste es el único que existe.
Podríamos decir que simbólicamente la mencionada incorporación es el último novenario ofrendado a la extinta Unión Soviética. Recordemos que la URSS creó en 1949 un Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON) que sustentado en la planificación centralizada integró económicamente a sus satélites socialistas (incluida Cuba), presentándolo como una alternativa a las injustas y explotadoras relaciones que en el comercio internacional imponían EEUU y sus aliados capitalistas. Cuando el COMECON desapareció en 1991, tan sólo un pírrico 6% del comercio mundial se transaba entre los países miembros.
Tenemos entonces que, para cumplir con los requisitos exigidos, el Presidente Putin firmó en julio pasado la ley que subordina la legislación rusa al andamiaje jurídico de la OMC (Protocolo de Marruecos de 1994).
¿Por qué tanto interés de Rusia por formar parte de una institución que junto al FMI y al BM conforma el trípode institucional de la globalización económica? ¿Por qué se expuso el Presidente Putin a las acusaciones de traidor a la patria que le hicieron sus opositores, comunistas y otros, por ceder soberanía al poder global?
Consideramos que la respuesta es muy sencilla: porque Putin quiere mejorar el nivel de vida de los rusos. Pretende seguir el ejemplo chino y apalancarse en el mercado mundial para crecer, modernizar y diversificar su envejecido e improductivo sistema económico excesivamente dependiente de las exportaciones petroleras. Además, porque aspira a que su país ocupe el lugar que le corresponde como actor de peso en la formulación de las reglas del juego comercial internacional.
Saben los rusos los beneficios económicos que ha deparado al pueblo chino la entrada en 2001 del país a la OMC, luego de 15 años de negociaciones. En 11 años en la OMC, el comercio exterior chino creció 15% frente a un 3% mundial y China desplazó a Alemania como el mayor exportador del mundo desde el 2009.
También saben los rusos, el papel jugado por EEUU para incorporarlos en la cúspide del poder global. Su “sugerencia” ante Georgia permitió que este país dejase de lado el veto que mantenía al ingreso de Rusia a la OMC.
Los resultados de las negociaciones, por otro lado, demuestran que las potencias occidentales aprendieron la lección y actuaron de manera diferente a como lo hicieron con Rusia a la caída de la URSS. Eso explica que las condiciones de ingreso hayan sido tan flexibles, para dar suficiente tiempo a Rusia de ponerse al día y preparar su apertura a la competencia dentro y fuera del país. Así, una parte de los aranceles a las importaciones se reducirá con cierta rapidez, pero otra parte se reducirá en un lapso de hasta 7 años. Por el lado de las exportaciones, se suprimirán barreras arancelarias que en forma de cuotas imponen a los productos rusos los EEUU y la Unión Europea. Y, según el principal negociador ruso, Maxim Medyedkov, el sector agrícola será el principal beneficiado con la entrada a la OMC.
Resulta increíble que, mientras el decrépito fantasma del Manifiesto Comunista está hoy recorriendo Suramérica con el disfraz del “socialismo del siglo XXI”; los rusos -que saben mejor que nadie que el socialismo conduce a la pobreza- ingresen a la tildada de neoliberal Organización Mundial del Comercio.