lunes, 23 de diciembre de 2013

NAVIDAD...

NAVIDAD

“OJALA PUDIESEMOS METER EL ESPIRÍTU DE LA NAVIDAD EN JARROS Y ABRIR UNO CADA MES DEL AÑO”  (Harlan Miller)

Llega la época más anhelada por muchos en el año: la navidad. Tiempo de recuerdos dulces, en los que la esperanza se renueva y el corazón se insufla de permanente emoción. De igual forma las costumbres de generosidad (ese modo de proceder que establece la tradición) que son un precepto del período navideño (gastronomía, música, decoración, regalos) imponen las reglas del proceder. Reglas que cumplimos con entero gusto y satisfacción.
La mayoría de las personas, sin embargo, se limitan a disfrutar y resaltar el empaque de la navidad, menospreciando sus verdaderos valores. Esos que deberían imperar en todo momento de nuestra existencia y que hoy desglosaremos brevemente para contribuir a que allanes el camino no solo hacia una verdadera navidad sino también a una mejor vida cada mes del año:

LA GENEROSIDAD.
Si en tu espíritu priva el deseo de compartir y dar por sobre tu propio interés, sin duda eres generoso. De lo contrario el egoísmo es la marca que te identifica aun cuando trates de disfrazarla con actos de derroche, sera solamente para no perder el control grupal.

LA HUMILDAD
Conocer tus fortalezas y tus debilidades te llevara a darle valor justo a los bienes y a las personas que te rodean. La fiesta de la navidad y de la vida debe ser esplendida en la medida de las posibilidades de cada quien pero no derrochadora.

LA GRATITUD
Estamos obligados a apreciar el beneficio de lo que alguien ha hecho o ha querido hacer en bien nuestro. Por ello valorar cada regalo o gesto por sencillo que este sea fortalece las relaciones con nuestros semejantes.

SOLIDARIDAD
Quien es solidario se adhiere a cooperar junto a los demás para lograr los objetivos planteados. Se puede obrar con aportes materiales o con tiempo y dedicación para contribuir al éxito. El aporte de cada uno hará que la carga de la época y de la vida sea menos pesada

RECONCILIACIÓN
La navidad es una estación que propicia la atracción de los ánimos desunidos y con ello regresa la paz a nuestro sentir más profundo. Eso sucede, lamentablemente por un período muy breve. El mismo que nos negamos, generalmente, a prolongar en el tiempo.

ESPERANZA
Anualmente renace en nosotros un estado de ánimo que nos invita a creer que es posible lo que deseamos. Está en nosotros convencernos de que se puede y no dejar que ese estado se desvanezca es fundamental para alcanzar las metas deseadas.

La Navidad es el momento perfecto para que quienes están débiles como grupo (familia, conjunto laboral, fraternidades, comunidad etc.), se fortalezcan; los que están apartados, se unan de nuevo; y para que los que están lastimados espiritual o emocionalmente, comiencen a  sanar esas heridas del alma que les impiden llevar consigo todo el año ese espíritu que todos reclamamos pero que casi siempre escondemos por once meses en  un rincón apartado  de nuestro ser.
Entonces, ¿quieres sentirte mejor? Deja que ese espíritu te  acompañe todo el año.

 FELIZ NAVIDAD

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