viernes, 24 de mayo de 2013

ARTICULOS Y NOTICIAS DE CUBA...

Celebremos el 20 de Mayo
Orlando Freire Santana

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -El 20 de Mayo constituye, a no dudarlo, una de las fechas más controversiales para los cubanos. Los que prefieren ver en ella el día en que Cuba emergió con gobierno propio en el concierto internacional de naciones, encumbran esta jornada. Por el contrario, aquellos que acostumbran a contemplarla como el momento en que la isla conseguía una independencia lastrada por la Enmienda Platt, maldicen ese día del calendario.
Antes del triunfo de la revolución de 1959, el 20 de Mayo era un día de fiesta en nuestra nación. Se consideraba la culminación de tanta sangre y sudor derramados en los campos de batalla contra el colonialismo español; una epopeya que tuvo sus momentos estelares el 10 de octubre de 1868 en el ingenio La Demajagua, y después el 24 de febrero de 1895 con los alzamientos simultáneos en varios puntos del país. No debemos olvidar que, desde los inicios de la intervención de Estados Unidos en el conflicto cubano, con la Resolución Conjunta del Congreso de ese país del 20 de abril de 1898, que reconocía el derecho de Cuba a la independencia, la nación norteña se comprometió a garantizar la soberanía de la isla. Y ese no era un regalo que Estados Unidos les hacía a los cubanos, sino el fruto de la heroica lucha de nuestros mambises. 
El castrismo, con su obsesión antinorteamericana y el deseo de estigmatizar a la Cuba republicana, suprimieron la celebración del 20 de Mayo, decapitaron la estatua de Tomás Estrada Palma en la Avenida de los Presidentes, y se encargaron de ubicar la fecha, junto con el Pacto del Zanjón, en el basurero de la memoria histórica de la nación. Además, señalan que los encuentros que algunos presidentes de Estados Unidos sostienen con la comunidad cubanoamericana radicada en ese país cada 20 de mayo, es una “evidencia” de la intromisión de Washington en los asuntos internos de Cuba.
Mas, al margen de la interpretación histórica que realicemos a más de un siglo de distancia de aquel suceso, conviene traer a colación la manera en que los cubanos de 1902 acogieron esa jornada. Cuentan los historiadores que nunca antes se habían visto en la isla unos días de tanto fervor patriótico. Un mes antes, en abril de ese año, había arribado Estrada Palma al puerto de Gibara procedente de Estados Unidos. De inmediato, el futuro presidente de la República de Cuba emprendió un recorrido que lo llevó a las ciudades de Bayamo, Yara, Manzanillo, Santiago de Cuba, Holguín, Santa Cruz del Sur, Santa Clara, Cienfuegos y Matanzas, siempre en medio de la aclamación de los ciudadanos. Su llegada por mar a La Habana, procedente de Matanzas, fue una auténtica apoteosis popular.
El 20 de Mayo, al mediodía, se efectuó la transferencia de mando en el Palacio de Gobierno -hoy Palacio de los Capitanes Generales-, frente a la Plaza de Armas. En acto solemne, el gobernador militar Leonardo Wood entregaba las riendas del poder al presidente Tomás Estrada Palma. Y mientras ambas personalidades pronunciaban sendos discursos, en la fortaleza de El Morro tenía lugar el cambio de bandera. A los acordes de los himnos de Estados Unidos y Cuba fue arriada la bandera norteña, y el bravo jefe mambí Máximo Gómez izaba la bandera de la estrella solitaria, al tiempo que expresaba: “Al fin hemos llegado”. 
Así transcurrieron los hechos. Si los cubanos de entonces vivieron esas jornadas con frenesí desbordante, no veo por qué el mezquino interés de los actuales gobernantes deba inclinar en sentido contrario el comportamiento de los que ahora habitamos la isla. Celebremos, pues, el 20 de Mayo.


Daltonianos, ¿a sueldo? 
José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -No es atinado referirse en términos generales a la disidencia cubana, ni siquiera es exacto hablar de un movimiento disidente, como cuerpo monolítico, puesto que la diversidad de enfoques y de presupuestos ideológicos entre sus cientos de integrantes es conocida por todo el que quiera conocerla. Claro, no es atinado si la referencia se proyecta desde una buena intención, o desde una perspectiva de imparcialidad política. Pero cuando tal proyección busca que nuestros disidentes sean vistos, en su conjunto, a partir de la posible conducta de un individuo (o tres o cuatro) en particular, entonces resulta burdamente manipuladora. 
De tal manera, no puede haber buena intención en un texto que afirma que en los últimos 25 años, el movimiento disidente cubano ha estado promovido y pagado por los gobiernos de Estados Unidos. Y aún más que mal intencionado, el autor del texto es calumniador al asegurar que nuestros “disidentes suministran información a la SINA (Sección de Intereses de EEUU), una nación que no puede caracterizarse exactamente como amistosa hacia el gobierno cubano…”. 
Si quien lo expresa es un promotor de la opinión pública, con capacidad para influir mediáticamente sobre cientos de miles de personas, está incurriendo en un acto de absoluta irresponsabilidad profesional o es un farsante de la peor calaña. 
A Domingo Amuchástegui Álvarez, quien escribe desde Miami, le queda mirarse por dentro y determinar en cuál de los dos perfiles encaja. Por más que yo personalmente no guardo dudas al respecto, teniendo en cuenta que no es la primera vez que me tropiezo con opiniones suyas que resultan, cuando menos, complacientes con la dictadura de nuestro país. 
Los infundios que cité antes fueron regurgitados por Amuchástegui en un artículo del pasado día 7, bajo el ambivalente título “Yoani Sánchez: la última esperanza”, aparecido en Cubaencuentro. Sí, porque la coartada de este escribidor consiste en hacerse pasar (ante los despistados con respecto a la realidad cubana) por analista neutral, dado a poner en la balanza los progresos del régimen hacia la democracia.
En ese empeño, la prioridad que le han dictado parece ser procurar el desprestigio de nuestra disidencia interna a través de medios internacionales. Y vaya si se lo ha tomado en serio. Tanto que no escatima mentiras ni bajezas, por ridículas que puedan sonar en los oídos de cualquier persona con dos dedos de frente. Por ejemplo, en el artículo de marras acusa al honrado y valiente sacerdote católico José Conrado como soplón al servicio de la SINA, para lo cual se basa en una relectura viciada y deshonesta de unos informes de Wikileaks. 
Si no estuviéramos como estamos, sería de esperar que la Iglesia Católica Cubana ordenara una investigación en torno a la integridad moral del padre Conrado, y una vez que haya comprobado su inocencia, como seguramente la comprobará, abriera una demanda judicial contra el mequetrefe que intenta estigmatizarlo. 
Amuchástegui dice haber caminado por la Quinta Avenida junto a las Damas de Blanco (¿en qué andaría?), por lo que se considera competente para testificar que ningún ciudadano habanero se detiene a saludarlas y apoyarlas, cuando pasan. Pero no dice por qué, lo cual lo descubre como cómplice de los esbirros del régimen que no le pierden pie ni pisada a estas nobles mujeres, siempre dispuestos en zafarrancho de combate para apabullarlas, a ellas y a sus simpatizantes.
Verdaderamente, para sopesar la decadencia de nuestra dictadura ya no se necesita siquiera insistir en el aluvión de sus fracasos políticos o de sus arrasadores desmadres económicos o de sus tenebrosas acciones represivas. Basta con evaluar la pericia profesional y la catadura cívica de quienes la defienden. Particularmente de aquellos que, sin dejar de vivir como Carmelina en Miami, abusan de las leyes de libertad de expresión y del acceso a los más modernos medios mediáticos, para ejercer el papel de daltonianos, que ven en Cuba el dominio de un solo color. Sabe Dios si del color de la paga que cobran por hacerlo. 
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La zafra pende de un hilo
Osmar Laffita Rojas

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -En el mes de noviembre, el Grupo Empresarial AZCUBA anunció que en la presente zafra se producirían 1,7 millones de toneladas de azúcar. Pero es muy poca la información brindada por los medios oficiales acerca de cómo se ha comportado la producción azucarera. 
Lo último que se pudo conocer es lo publicado por el periódico Granma, el pasado 25 de abril, cuando informó sobre el cumplimiento del plan por la Empresa Azucarera de Sancti Spíritus, ascendente a 120 000 toneladas. 
Existe un total secretismo respecto al cumplimiento de los planes de producción de las empresas azucareras pertenecientes a las provincias de Artemisa, Mayabeque, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Camaguey, Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo. 
De los 56 ingenios que quedan en activo en el país, 50 molían en enero, pero al cierre de de la primera quincena de abril, solo 45 se encontraban  produciendo.
De acuerdo con lo planteado por los directivos de AZCUBA, los estimados de caña disponible y los rendimientos cercanos a las 41 toneladas de la gramínea por hectáreas, son más que suficiente para cumplir  y sobrepasar sin  contratiempos el plan de azúcar. Pero las deficiencias y el mal trabajo en el corte y tiro de la caña, se han reflejado en el escaso y demorado abasto de la materia prima a los centrales. Esto trajo como resultado que finalizado el mes de marzo, solo se había producido 82% del azúcar prevista en el plan para esa fecha.
Al insuficiente suministro de caña fresca a los basculadores, se suman otros elementos negativos, como el bajo cumplimiento de la norma potencial, que solo ronda 65%, lo cual se traduce en un Rendimiento Potencial de la Caña (RPC) inferior al exigido. 
El deficiente suministro de caña se torna realmente preocupante en las empresas azucareras de Las Tunas, Granma, Holguín y Santiago de Cuba. Los centrales que están en zafra en estas empresas no sobrepasan  50% de explotación de sus capacidades, lo cual pone en peligro el cumplimiento de sus respectivos planes.
Las deficiencias con el abasto de caña también se confrontan de manera crítica en los centrales en operación de las empresas azucareras de Villa Clara, Cienfuegos y Camagüey. De igual forma, las provincias Mayabeque y Artemisa, debido al escaso suministro de caña registrado y a la poca azúcar producida por los centrales que tienen en zafra, resulta bastante difícil que puedan cumplir sus respectivos planes.  
Todo este cuadro es el resultado de las grietas organizativas y la falta de exigencia  por parte de los responsables del abastecimiento de caña a los centrales. Con las  lluvias de mayo y las altas temperaturas, el RPC disminuye. De la caña que se muela de ahora en adelante, se obtendrá mucho guarapo pero poca azúcar.
Es fácil suponer que el plan de producción de azúcar de la actual zafra pende de un hilo.
ramsetgandhi@yahoo.com 



Nostalgia de Varadero
Polina Martínez Shvietsova 

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -Ir a Varadero en la actualidad es todo un milagro para los cubanos de a pie, que es la gran mayoría en esta isla. Es el paraíso que todos quisieran visitar, para probar la divinidad de su sol y de sus playas, así como su aire antiguo que rememora en su arquitectura algunos pueblos de Carolina del Norte. 
Mi familia era lo suficientemente pudiente, antes  y después del triunfo de la revolución. En aquel entonces nos movíamos de vacaciones en los automóviles, en caravanas, hacia las playas La Tinaja, en Ciego de Ávila, y Santa Lucía, ubicada en la  provincia de  Camagüey. 
Allá por los años finales de la década de los 70, íbamos todos los años por 15 días a Varadero. Nos hospedábamos en una casa particular, donde el precio era mínimo. Sin embargo, había que llevar toda la logística para poder vivir durante días. Para cuando tenía 3 años de edad, comenzó esta  secuencia en la historia familiar. Toda la familia se ponía de acuerdo para salir de vacaciones. Entonces se acordaba que los carros que transportarían a la gente de Ciego y Camagüey llevarían todo lo referente al grueso de la alimentación: puercos, pollos, patos, huevos, sacos de arroz, sacos de frijoles, sacos llenos de viandas, vegetales y frutas. En tanto, nuestro auto, que salía de la capital, era el encargado de llevar dinero para pagar cosas extras, las conservas, el ron, la gasolina... 
De niña, pasaba mis vacaciones en Rusia cada 2 años. Me pasaba 3 meses con mis abuelos maternos. En Cuba, todos los veranos, me iba para Ciego de Ávila, y de allí, brincábamos para Varadero en la última quincena de agosto. 
Recuerdo que el anuncio del Periodo Especial nos cogió gozando en Varadero, sin nada de qué preocuparnos. La gente se volvió loca de inmediato, pues el precio de la gasolina se disparó. Los productos desaparecieron del mercado. Sin embargo, nosotros continuamos yendo a Varadero hasta el año 1996. Éramos privilegiados.  
Entonces ya yo era una adolecente y andaba de rumbas con nuevos amigos varaderenses. Me dedicaba a aprender con ellos a bailar los ritmos cubanos. Les vi convertirse en ases del jineterismo. Yo era virgen y deseaba que mi pareja de ese contexto me hiciera mujer. Sin embargo él, y ellos, habían decidido respetar  mi inocencia y virginidad. Así me dejaban enganchadísima con  mis 16 años y soñando ser como ellos, jinetera.  
Luego, la vida se encargó de que a mi familia le sucediera una serie de tragedias, en orden consecutivo, privándonos de las paradisiacas vacaciones en Varadero, a partir del año 1997. 
Pasó el tiempo, la nostalgia por Varadero se arraigó en la familia, ya sin sus líderes. Solo quedaban los recuerdos, las fotos, todas las andanzas por la península virginal, en la caravana de carros. También las noches de cabaret en la Cueva del Pirata o La Dársena. El Festival de Música Internacional, el alquiler de pequeños yates, los almuerzos en Las Morlas, el Parque Josone, las grandes cenas que hacíamos en el restaurante Las Américas…  
Fui yo la que rompió el hielo al ir nuevamente a Varadero. Podía escaparme de mi trabajo, con la cobertura de ciertos eventos literarios, así que podía cubrirme una estancia en la playa. Y logré conectarme con mis viejos amigos, en el año 2006. A partir de esa nueva época, cada vez que era propicio, me escapaba por dos días y le tomaba el pulso al "nuevo Varadero". 
Recientemente, supe lo que era alquilarse en un hotel allí. Vivir esa experiencia calma el estrés provocado por la contaminación de este país y por su gobierno. Ahora Varadero para mí fue el reencuentro con sus calles, repletas de timbiriches para turistas, del aroma de su gente inexorablemente extranjera y ajena a la realidad del país que se cae a pedazos. 
Varadero, una vez más, fue un incentivo para cambiar, al menos por un par de días, la realidad en la que sobremorimos diariamente. Fue la manera de soñar con ese futuro cercano, cuando  todos los cubanos de a pie puedan vivir su pedacito de paraíso.



Régimen prioriza el futbol
León Padrón Azcuy

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -Aunque se desconoce si en Cuba se ejecutan encuestas para determinar cuáles son las preferencias deportivas de la población, hay indicios de que en este momento el fútbol internacional pudiera estar llevándose el mayor interés dentro de gran parte de la juventud. 
Este fenómeno, en opinión de algunos especialistas, responde –entre otras cosas- a una inexplicable marginación que afecta al béisbol como deporte nacional. Y se refieren a que mientras las autoridades niegan la posibilidad de ver en televisión a los mejores peloteros de las Grandes Ligas en EEUU, no tiene reparos en exhibir los mejores futbolistas del mundo a través de los canales nacionales. 
Los programas Gol, Gol Latino, en el canal tele rebelde, y Futbol Internacional, en el canal 27, están brindando semanalmente un excelente producto deportivo, a pesar de que las puestas futbolísticas, tanto de Europa como Latinoamérica, en su mayoría son diferidas y no de todas las ligas del planeta. Casi siempre priman las ligas españolas, resaltándose el desempeño de dos de sus mejores equipos: El Real Madrid y el Barcelona.
A diferencia, las opciones para ver buen béisbol son menos y más pobres. Sólo después de 50 años de censura, el gobierno se aparece en la televisión con un béisbol profesional de las ligas mexicanas, la peor liga profesional del mundo, a estadios vacios, con peloteros descartados de todos los lados. Las posibilidades de ver en acción el béisbol profesional de Estados Unidos son aún precarias. 
No es de extrañar entonces que lo jóvenes prefieran exhibir pulóveres con la foto de  Cristiano Ronaldo, Messi o Iniesta, o que transiten numerosos automóviles con escudos y banderas de diferentes equipos de futbol mundialmente reconocidos. Y que cualquier infante se interese ávidamente por el dominio de las interioridades de estos equipos, el roster de sus jugadores, y hasta de los salarios que devengan. 
El unilateral y continuo rechazo del gobierno al mejor béisbol del mundo (Grandes Ligas), en su afán de ocultar esta realidad que ya la gente conoce, lanza una nueva interrogante: ¿logrará la tiranía castrista relegar también a un segundo plano el deporte nacional, en un país con una rica tradición beisbolera que rebasa cien años de historia? 
A decir verdad, cualquier cosa se puede esperar. Aunque es bueno recordar que la Isla fue colonia de España durante 400 años, pero el país ibérico jamás pudo meterles el futbol a los cubanos. Sin embargo, el béisbol, inventado en Norteamérica, fue lo que prendió en el corazón de los isleños.
Al respecto, conversé con varias personas en la calle. Una de ellas, Luis Antonio Medina, un especialista en deportes, quien fuera invitado recientemente al espacio independiente Estado de SATS, junto al periodista deportivo Iván García y al historiador y periodista Leonardo Calvo, ocasión en la que disertaron ante un numeroso grupo de personas sobre el pasado Clásico Mundial de béisbol y sobre el deporte en Cuba.  
“Gran parte de la juventud cubana ahora mismo está viendo el futbol como su deporte nacional”, dijo Medina, y añadió: “Este cambio de preferencia se debe entre otras cosas, al retroceso de la calidad del béisbol en los últimos años, debido en gran medida a la falta de incentivo hacia los peloteros, el envío de los mejores entrenadores a misiones internacionales, la depauperación de las instalaciones deportivas, y por supuesto, el enorme vacío que ha dejado el éxodo, con toda razón, de muchísimas estrellas”.
José Antonio Pérez, un ingeniero residente en El Vedado, y con un tremendo amor por el beisbol, apuntó: “La transmisión de pelota de Grandes Ligas en la televisión propiciaría el aprendizaje correcto de las técnicas del béisbol, hoy muy atrasado en la Isla. Ya se observa a los muchachos jugando buen futbol en las esquinas, debido precisamente a que están viendo un futbol de primer nivel”.
Actualmente, hay más de cien peloteros cubanos en diferentes organizaciones del béisbol de Grandes Ligas, casi todos salieron huyendo del régimen que los explotaba, los tiraba al olvido, y comprobaron lo difícil que resulta practicar pelota en la niñez, por la falta de implemos deportivos. 
Hace un tiempo, el conocido periodista deportivo Enrique Rojas declaró: “Es lamentable que Cuba sea el Apóstol del beisbol y esté sufriendo esta terrible crisis”.
La verdad es que no se puede ir tanto tiempo contra el mundo. El béisbol necesita y la gente desea transformaciones que puedan restaurar el apostolado del que habla Enrique. Sobre todo permitiendo la libre contracción para que los cubanos jueguen en todas las ligas, donde Cuba fue pionera y adonde llevaba más peloteros que todo el mundo.