domingo, 9 de septiembre de 2012

ARTÍCULOS, NOTICIAS, OPINIÓN...

ARTÍCULOS
Donde dijeron digo 
José Hugo Fernández 

La gran escapada 
Isbi Pascual

Carta abierta a mi madre
David Canela

“Redimensionando” la Cultura Nacional
Víctor Manuel Domínguez

Miente usted, doctor Cobreiro
Alberto Méndez Castelló

NOTICIAS
El trato a Carromero es “más que correcto”
La policía destruye a mandarriazos la choza de opositores
EE.UU. retira permiso a nueve agencias de servicios a Cuba
Cerrarán la fábrica de níquel más antigua de Cuba

OPINIÓN
Debut de un poeta / Nicolás Águila
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ARTÍCULOS

Donde dijeron digo 
José Hugo Fernández 

LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -No lo creo ni lo dudo, pero hay runrunes en La Habana, según los cuales, podrían aplicarse cambios a la nueva ley que autoriza la compra-venta de casas. Lo que se dice no es que vayan a echar para atrás la ley, sino que le incorporarán regulaciones para limitarla, pues, al parecer, los caciques no han digerido bien esto de que la gente disponga tan “libremente” de sus propias propiedades.  
El rumor es enfático, sobre todo, en lo que se refiere a la posibilidad que ofrece esta ley para que las personas que van a emigrar puedan vender sus viviendas, un derecho básico, de natural raciocinio, que nos fue usurpado durante más de medio siglo. ¿Eliminarán ese inciso de la ley? ¿Establecerán excepciones que afecten a la gente de a pie y sólo beneficien a los favorecidos por el régimen?
Lo aconsejable es no alarmarse en la víspera. No solamente porque hasta hoy no pasa de ser una bola, una entre tantas. También porque, aun para nuestros caciques, sería un despropósito de escándalo enmendar una ley recién dictada con el presunto objetivo de poner fin a muy viejas, injustas y abusivas prohibiciones.    
De cualquier modo, tampoco hay razón para desechar de plano ese peligro. No sería la primera vez que el régimen diga Diego donde dijo digo, y sin que tenga que enfrentar consecuencias mayores, por más escandalosa que sea su retractación. Mucho menos extraño resultaría que lo haga en estos momentos, cuando se siente fortalecido (más incluso de lo que debiera sentirse), gracias al fuerte apoyo económico y a la complicidad política de sus amigotes sudamericanos.  
Por lo demás, no hay que olvidar los sustanciales beneficios que casi desde el principio de su dominio sacó el régimen de la expropiación de las casas de la gente que emigraba. Fue una jugada maestra de Fidel Castro, que aunque nunca ha dejado de ser repudiada y comentada por todos los medios de la prensa libre, tal vez esté esperando aún por un más detenido y minucioso examen. 
Al disponer a su antojo de las propiedades de los emigrantes y exiliados, el régimen no sólo consiguió dar respuesta, sin invertir ni un centavo, a una de las mayores demandas de los cubanos pobres, que era (y es) la falta de vivienda. No sólo se hizo acreedor del agradecimiento y la simpatía de cientos de miles de ciudadanos, a los que simplemente les había vendido lo que no era suyo. Con esa operación fraudulenta, también hipotecó la libertad de los cubanos por largo tiempo. 
Todos los sin casa a los que el régimen entregó viviendas de aquellos que se marchaban hacia el exterior, estarían dispuestos a defender la perpetuación del sistema, por temor a perder nuevamente sus techos. Y al mismo tiempo, los que eran despojados de sus propiedades al marcharse, además de ser enemigos jurados del régimen, se convertían en enemigos (al menos potenciales) de quienes pasaban a ocupar sus antiguas casas. Quedaba materializada así la más siniestra entre todas las estrategias políticas: divide y vencerás. 
Todavía hoy este conflicto continúa representando un lastre determinante (quizá el de mayor peso) para las aspiraciones de libertad entre los cubanos. Y sin duda será un obstáculo a la hora de restaurar la convivencia armónica en la Isla. 
Sólo entre las generaciones más jóvenes se aprecia una cierta independencia ante esa rémora. Los de aquí, porque ya no les importa conservar el techo (si es que lo tienen) a tan alto precio. Los de allá, quizá porque al no sentirse directamente afectados, son más proclives al plan de futuro que al resquemor del pasado.      
No obstante, cualquiera sabe que una de las tareas más difíciles y riesgosas del primer gobierno en la Cuba democrática del futuro, será precisamente buscar el consenso de toda la población para el establecimiento de leyes justas y funcionales en torno a esta problemática. Y ojalá lo consiga. Sería un imperativo. 
Mientras, los caciques, siempre tan calculadores del tiempo que les queda en la fiesta, pudieron haber pensando que ya el mal estaba hecho, luego de cosechar el odio entre cubanos durante más de cincuenta años, entregándoles a unos los bienes de los otros. Y entonces posaron de reformistas con esta nueva ley. 
Sin embargo, no es descartable que una vez promulgada la ley, los más pillos hayan caído en la cuenta de que no son muchos aquí los ciudadanos que disponen de varios miles de cuc para comprar una casa. De modo que entre estos ciudadanos y el resto (millones) que no pueden acceder a esas compras, se agravan las diferencias socio-económicas, haciendo aún más evidente la inutilidad del régimen para dar solución a los acuciantes problemas de los pobres.
Si así lo pensaron (¿y por qué no habrían de pensarlo, si es así?), no debe sorprender que, en efecto, estén cocinando cambios para la nueva ley de compra-venta. 
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La gran escapada 
Isbi Pascual

CORRALILLO, Villa Clara, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -El pequeño puerto de la playa La Panchita, en la provincia de Villa Clara, parece haber sido destinado a ser noticia este verano. Primero, los pescadores sin barco para trabajar, por falta de piezas para el arreglo, falta de pago a los trabajadores en las interrupciones existentes, y falta de vergüenza de las autoridades locales. Luego, temporadistas desalojados de sus propias casas, destrucción total de las viviendas que se edificaban en la zona de la playa, más el consecuente revuelo social.  
Y ahora, lo más escandaloso: la visita del general Ramiro Leal González, quien, con su familia y dos de sus camarillas, uniformados como él, se presentó en el puerto, alegando que venían a investigar e inspeccionar los hechos y sucesos que estaban ocurriendo en la playa, porque habían llegado quejas al Consejo de Estado, en La Habana, sobre la demolición de casas y el gran descontento popular. 
Auto con chapa oficial, uniforme militar, terminología y documentos acreditados. Todo lo trajo hasta la costa norte de Villa Clara el presunto general Ramiro, de La Habana. Nadie tuvo dudas al respecto, porque desde que comenzaron en la playa los conflictos de demolición y desalojos, nadie ve raro que visitantes con la facha del general Ramiro se presentaran frecuentemente. 
Junto a su familia, y a los otros dos compinches, y exhibiendo todas sus credenciales, el presunto Leal González recorrió la playa a pie, junto a los dirigentes del municipio y la delegada de la zona. Lo revisaron todo, palmo a palmo.
Nadie notó nada anormal. Nadie dudó de su comportamiento ni de su actitud. Así como nadie consideró ilógico que visitaran los barcos del puerto. Tampoco nadie vio irrazonable que entraran a los almacenes de comida y hasta almorzaran gratuitamente en el restaurante.
Era muy normal todo, pues ya los anteriores visitantes, tanto los del Consejo de Estado como los de la Asamblea del Poder Popular municipal y provincial, lo habían hecho de la misma manera, se supone que con el objetivo de comprobar cómo se estaba desarrollando el trabajo en la playa y cómo se encontraba la oferta de alimentos para este verano.
Tampoco hubo objeción alguna cuando el general Ramiro pidió muy formalmente, en Guardafronteras, uno de los barcos camaroneros, de los mejorcitos que tuvieran en el puerto, para explorar parte del litoral, acompañado por su familia y compinches. 
Así fue como los mismos trabajadores del puerto, dirigidos por sus respectivos jefes, le recolectaron en el barco alimentos, refrescos y agua para estar algunas horas “dando vueltecitas por los cayos cercanos y por el litoral”.
A nadie le llamó la atención que Leal se negara rotundamente a que lo pilotara el mismo timonel del barco, arguyendo que eso no era necesario, porque uno de sus guardaespaldas era un eminente marino, capitán de los guardacostas de La Habana.
Conclusión, hasta hoy, los del puerto continúan esperando por su regreso y su informe sobre la visita de reconocimiento. Los ojos de los dirigentes del municipio se han perdido mirando hacia el mar, en busca del barco camaronero. 
Los muchachos de guardafronteras, jóvenes que ahora cumplen su servicio militar en la zona, tuvieron que gastar todo el combustible que le dan para el patrullaje de la semana, porque fueron obligados a revisar, tramo a tramo, cada pedazo de los cayos aledaños y de todos los recovecos adyacentes, en busca del camaronero y de sus tripulantes, ya que podían estar accidentados o rotos en algún lugar.
Al otro día de este hecho, fue cuando apareció el barco camaronero. Regresó solo y al parecer venía arrastrado por las fuerzas de las olas. En su interior no se encontraban ya los alimentos, ni tampoco los tripulantes. Pero sí los tres uniformes militares.
Ahora la playa está inanimada y silenciosa. Y, por supuesto, los equipos de demolición que pretendían arrasar por completo fueron trasladados del lugar.  Puertas adentro, todos murmuran que el general Ramiro, de La Habana, y sus guardaespaldas, vinieron a darle el merecido escarmiento a los que con tanto odio destruyen La Panchita. 
En los cotilleos, se insiste en cuanto a que el tipo no es general, sino un pícaro que decidió sacar lasca de los problemas de la zona, y que disfrazado y con falsos documentos, se voló para la yuma, con los recursos de la corrupta jerarquía política.  
Lo que sí se puede decir, con total certeza, es que todavía no se ha presentado allí ningún “peje gordo” para investigar este caso. Debe haber mucho miedo en el ambiente. Porque todo indica que este embarre, que ahora pretenden acallar, es más escandaloso que la misma demolición de la playa La Panchita y aun que sus ya populares desalojos.



Carta abierta a mi madre
David Canela

LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -Sé que hubieras preferido que mi destino fuese como el de los Cinco Héroes (pero quizás con mejor suerte), que me declarase un devoto fidelista –ni siquiera un adepto al socialismo–, y que la brújula de mi vida fuese el antimperialismo. En su lugar, me consideras un mercenario, porque me dedico a hacer un periodismo independiente a la prensa del Estado. Y dices que soy mercenario también, porque estoy “al servicio de una potencia extranjera.”
Vamos por partes. Un mercenario es un militar extranjero que va a la guerra por dinero o por botín. Yo, ni soy militar, ni soy extranjero en Cuba, ni estoy en una guerra, y mucho menos he matado a cambio de riquezas, o a cambio de poder. Me dirás entonces que ésta es una “guerra ideológica”, entre dos visiones del mundo y de la sociedad: el humanismo contra el imperialismo militar, la solidaridad contra el egoísmo, la frugalidad contra el consumismo. Pero si hubiera que reducir el conflicto a términos maniqueos, yo diría que la guerra es entre la tiranía y la democracia, entre la servidumbre y la libertad.
No existe un sólo sema de la palabra “mercenario”, que se le pueda aplicar a los activistas de la sociedad civil cubana. Sólo quienes son incapaces de pensar fuera de los límites cerrados del militarismo, pueden llamar “mercenarios” a los civiles que defienden sus derechos, y han renunciado a su papel de soldados y autómatas. El juicio de esa lógica militar es muy simple: si no eres “mi” soldado, eres el mercenario de otro. Y quiere ser un insulto, porque el mercenario es un soldado amoral, que no lucha por “ideales”. O sea, los que están conmigo luchan por ideales, y los que no están conmigo –que automáticamente son del “otro bando” – luchan por dinero. Ellos no entienden de ciudadanos, de civiles, ni de burgueses –que es una forma antigua, de origen medieval, para decir lo mismo.
Lo que hago es un trabajo honesto, a diferencia de los Castro, que han vivido toda su vida de robar lo ajeno: comenzaron robando las propiedades de las compañías extranjeras, continuaron con las propiedades de los cubanos, y han terminado por robarnos una parte de la vida (nuestro tiempo, nuestros derechos), y la esperanza de un futuro mejor en este pedazo de tierra. La prueba más convincente, es que se van los jóvenes con talento; y se quedan los viejos mediocres, los necios, y oportunistas –aferrados, siempre aferrados.
Dices que estoy al servicio de una potencia extranjera (los Estados Unidos) que ha querido siempre destruir a la Revolución.
1) la Revolución se acabó hace muchos años, y lo que queda es un gobierno retrógrado y extraordinariamente codicioso. Ricardo Lagos le preguntó a Augusto Pinochet: “¿cómo puede haber un chileno, con tanta ambición de poder?” Y yo te pregunto mami: ¿cómo pudimos dejar que hubiese un cubano, con tanta ambición de poder?
2) El gobierno de Estados Unidos no quería destruir a la Revolución. Quería mantener sus propiedades, y luego, que no se consolidara una dictadura comunista. Lamentablemente, fracasó en ambos proyectos. Lamentablemente para ellos, nacionalizaron sus propiedades; y lamentablemente para nosotros, se instauró una dictadura comunista. Intentar asesinar a Fidel Castro fue un modo de hacer abortar la Revolución; pero un líder no hace solo una revolución, como un director de orquesta no puede tocar una sinfonía.
3) Me pagan por ejercitarme en el derecho humano de la libertad de expresión, no por hacer trabajo de espionaje, ni por poner bombas, como las que puso el Movimiento 26 de Julio, que tuvo entre sus “heroicidades” más sonadas la famosa “noche de las cien bombas” de 1957, y cuyas banderas flamean orondas en las oficinas del Estado, como si sus acciones no hubieran costado la vida de inocentes.
4) Yo no estoy al servicio de nadie, ni siquiera de mis lectores. Yo estoy al servicio de mis ideas, de la verdad, y en lo posible, de mi corazón. Pero si estuviera al servicio de algo, significaría que mi vida es útil, que sirve para algo. Y si por fuerza hubiera que ponerse en un eje marxista de relaciones de clases, yo no serviría como un esclavo a su amo –a diferencia de la mayoría de los cubanos, a quienes se les ha inculcado que le deben “todo” a la Revolución– sino como un trabajador… a otro trabajador. Yo trabajo a cambio de dinero, y ellos trabajan a cambio de más. Pero sólo quienes han vivido despreocupados del dinero, porque les ha sobrado para hacer todos sus antojos, pueden condenarlo hipócritamente, y de paso, condenar (moral y materialmente) a quienes con tanto esfuerzo lo ganan. La satanización del dinero ha sido la mayor de todas las hipocresías comunistas, pues los que fingen estar más allá del dinero, en realidad lo están, porque han vivido robando el de
los otros, y así, se han ocupado más del
poder.
Acusan a los periodistas independientes de mercenarios porque dicen que trabajan por dinero. Pero eso es lo justo, y lo moderno. Trabajar por miedo, y por comida… solamente los esclavos. Y algo más: los periodistas honestos se deben a la verdad. El dinero viene después.
5) ¿Te sentirías mejor si trabajara, en vez de para una “potencia extranjera”, para un diario de El Salvador, o de Jamaica? Seguramente no; pero es que a los salvadoreños y a los jamaicanos no les importa Cuba. La razón de que sean los Estados Unidos se debe a que allí reside la primera comunidad cubana fuera de la Isla. Si esos cubanos hubieran emigrado para Centroamérica u Oceanía, hoy la terrible potencia extranjera sería Costa Rica o Nueva Zelandia. Cada cual grita por lo que le duele, y a muchos cubanos emigrados les duele lo que pasa aquí –aunque a menudo se vean irritados.
Por otro lado, si estar financiado implica estar al servicio de un patrocinador –y según tu criterio, estar al servicio implica necesariamente una dependencia humillante–, ¿cómo explicarías la independencia de Cuba, cuando estuvo financiada por la Unión Soviética, y ahora por Venezuela?
Desde que transito por este valle de asamblea cívica, he conocido a personas íntegras, que serían capaces de morir, con plena convicción (y no fanatismo), por defender su derecho a la libertad, y de paso, la de sus prójimos. Difícilmente tú puedas decir lo mismo. Tú conoces a quienes se dejarían matar por salvar la vida de un hombre, no por salvar su libertad. Y mientras tú defiendes el derecho espurio de unos tiranuelos a jugar con los bienes, la vida, y el destino de todos los cubanos (incluso de los que viven fuera de la Isla), los que yo conozco defienden su derecho inalienable y dignísimo a ser respetados por su criterio, y a ser libres.
Lamento que te causen tantas molestias las injusticias que se cometen en la Base Naval de Guantánamo –deplorables sin dudas–, y que presentan los documentales y noticias de la televisión como “prisión secreta” y “centro de tortura”; y sin embargo, veas con beneplácito la desbordada proliferación¬ de bases militares del otro lado de la cerca (al parecer, en espera de un “glorioso” y definitivo holocausto), o que veas como necesarias tantas “prisiones públicas”, en donde son detenidos arbitrariamente cientos de personas cada mes, simplemente por no acatar el guión político, o rebelarse pacíficamente. Sientes indignación ajena por lo que pasa en Guantánamo, ¿y no te da indignación propia lo que pasa en La Habana, en la cual has vivido la mayor parte de tu vida, y cuya destrucción te han hecho percibir los martillazos de la ideología como “obra del imperialismo”, a través del bloqueo?
Quieres que me vaya de Cuba cuanto antes, porque tienes miedo a que sea devorado por el monstruo que has ayudado a engordar, y porque me ves huraño e infeliz. Cualquiera de las dos razones, disipa tu sueño de haber consumado una Patria libre, y venturosa.



“Redimensionando” la Cultura Nacional
Víctor Manuel Domínguez

LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -El llamado a dejar atrás la vieja mentalidad de querer salvar la cultura con sentimientos de patriotismo y orgullo de cubanía que formulara el ministro del ramo, Rafael Bernal, comienza a obtener respuestas en el municipio Santiago de Cuba y el resto del país.
Los alrededor  de 1000 trabajadores santiagueros que serán “redimensionados” del  sector cultural en lo que resta de año, tendrán la oportunidad de defender la cultura nacional desde una carretilla con viandas por la calle Trocha, cargando una mochila de fumigador en el Tivolí, o en un carro de recogida de basura por Enramada y Reloj.
Estas tres opciones de nuevo empleo, propuestas a instructores de arte, promotores culturales, funcionarios, bibliotecarios y otros técnicos o profesionales del sector en esa localidad, desataron una fuerte reacción entre los afectados, por considerar injusta la decisión.
Durante las reuniones, celebradas en el emblemático Teatro Heredia de Santiago de Cuba,  una comisión de expertos, integrada por especialistas, funcionarios de Cultura, el sindicato y el partido en el municipio, determinó reducir la plantilla del sector, pues el presupuesto sólo alcanza para pagar los salarios y recursos imprescindibles.
Como si fuera poco, y en consonancia con lo expresado en otro escenario por el señor Bernal en cuanto al denominado “esquema económico cerrado” en que se mueve el sector,  no se garantiza el funcionamiento de todas las instalaciones culturales del país.
De ahí que profesionales de la cultura, jóvenes  graduados de las escuelas de arte en toda Cuba, y trabajadores que han desarrollado su vida laboral en el sector, deben liar sus bártulos y partir a nadie sabe dónde, o aceptar un empleo alejado de su oficio o profesión.
La opinión expresada por algunos de los que participaron en las reuniones previas, es que han sido timados por la revolución, ya que se les prometió que ningún trabajador sería abandonado a su suerte, y se preguntan si trabajar por cuenta propia, en un medio desconocido y sin recursos o la edad apropiada, no es dejarlos al azar.
Jorge Amado Robert Vera, vinculado al sector cultural en Santiago de Cuba, aseguró que los  calificativos  al socorrido eufemismo “reordenamiento laboral”, lo emparentan con el sálvese el que pueda de la cesantía capitalista y el recorte neoliberal.
También surgieron acusaciones de favoritismo, interés personal, corrupción y otras dirigidas a los evaluadores,  mientras eran sacados trapitos sucios a los colegas salvados del desempleo defendiendo sin escrúpulos, a como diera lugar, su porvenir.
Según Jorge Amado, se hicieron devaluaciones generales, pero nadie convocó a una protesta en grande, como esas que no se cansan de publicitar los medios informativos cubanos, cuando los trabajadores descontentos toman las calles en cualquier país capitalista del mundo.
Además, aseguró que, aunque el sector cultural en Santiago de Cuba es un volcán, está seguro de que a pesar de las erupciones de críticas, la lava del descontento no llegará a las calles de la ciudad. Igual que sucede en el resto de los sectores laborales del país, nadie se atreve a levantar la voz.
Hay mucho miedo. Si alrededor de 140 000 cubanos quedaron sin empleo en el 2011, cerca de igual número lo perderán  este año sin protestar. Los trabajadores de la cultura en Santiago de Cuba  no serán los primeros en arriesgarse a perder la libertad de maniobrar para subsistir.
vicmadomingues55@gmail.com




Miente usted, doctor Cobreiro
Alberto Méndez Castelló

PUERTO PADRE, Cuba, septiembre, www.cubanet.org – “Hoy ingresan a la Universidad de La Habana más de 1,400 nuevos estudiantes de casi toda la geografía del país, sin distinción de sexo, raza, credo o inclinaciones políticas”, dijo el rector doctor Gustavo Cobreiro Suárez durante la inauguración del curso 2012-2013, según reportó el diario Juventud Rebelde.
La afirmación del rector de la Universidad de La Habana asombra. Decir que en Cuba un joven puede ingresar a la universidad sin importar sus inclinaciones políticas solo fuera una aseveración rayana en el cinismo, si esa exclusión no fuera parte del delito de lesa humanidad que, por discriminación y durante más de 50 años, el régimen viene cometiendo para reprimir el disentimiento y la oposición política.
En derecho internacional discriminación  quiere decir menospreciar los intereses de los estados, las personas jurídicas o físicas, en comparación con otros estados o personas jurídicas o físicas.
Resulta ocioso relatar los procedimientos empleados y la muy prolongada lista de jóvenes a quienes se impidió proseguir estudios universitarios imputándoseles los consabidos cargos de “diversionismo”  ideológico por aquello de que “la universidad es para los revolucionarios”.
Con todo, es útil aproximarnos al proceso de seguimiento de los escolares cubanos que va desde la más tierna infancia, al ingresar al preescolar y concluye en la adolescencia, cuando sin importar cuán elevado sea su rendimiento escolar, al concluir el bachillerato, un aval político es el determinante para su ingreso a la universidad.
En el “expediente acumulativo” del escolar durante cada año se sigue su rendimiento académico con una caracterización pedagógica, y hasta ahí todo estaría bien si este proceso no incluyera algo así como una investigación policíaca.
“Labor social” se titula el informe que los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) rinden a las escuelas con el objetico de éstas conocer cómo se manifiestan la familia y el alumno en la sociedad y en específico en el CDR.
De más está decir que a la hora de seguir el camino de la universidad, para un joven cubano puede ser más perjudicial una mala nota del CDR que la del mismísimo profesor de Matemáticas o el de su lengua materna.
Al respecto resultan reveladoras las palabras de Daylín Serpa, de 18 años, hija de Carlos Serpa, informante de la policía política que se hacía pasar por periodista independiente.
“Ahora cambian las cosas y estoy orgullosa de él”, refirió la adolescente que, según Juventud Rebelde en su edición del 1 de marzo de 2011 “siente una mirada diferente de vecinos, profesores y compañeros de aula”, luego de revelarse los vínculos de Serpa Maceira con la policía política. 
Las palabras del rector de la Universidad de La Habana en la inauguración del presente curso suenan todavía más huecas cuando usted las contrasta con lo dicho por el doctor Fidel Castro Ruz en la entrevista concedida al periodista Ignacio Ramonet al referirse a las dificultades de los ex presos políticos para encontrar reacomodo en la sociedad cubana:
“Porque usted comprenderá, en este ambiente, a un contrarrevolucionario para buscar trabajo y facilidades le es difícil, es muy hostil la gente, y decidimos que viajen al exterior”.
Concerniente a la reubicación laboral de los balseros devueltos a Cuba por los acuerdos migratorios con Estados Unidos, especificaba el entonces presidente del Consejo de Estado:
“En el caso, por ejemplo de alguna universidad, de alguno que trabajaba allí, usted no va a ocupar una universidad, no va a entrar en guerra con la gente para que acepte al balsero devuelto y se le busca un trabajo más o menos similar”.
En Cuba un estudiante puede llegar a la universidad sin ser militante de la Unión de Jóvenes Comunistas, pero jamás logrará un título universitario si no guarda para sí otras inclinaciones políticas. El doctor Cobreiro bien que lo sabe, ¿por qué miente?



NOTICIAS

El trato a Carromero es “más que correcto”

LA HABANA, Cuba, 6 de septiembre (Agencias, www.cubanet.org) - El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García-Margallo, dijo el jueves que las condiciones de arresto de Ángel Carromero, conductor del vehículo en el que murieron los opositores cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero el pasado 22 de julio, “es más que correcto”, de acuerdo con un reporte del diario El Nuevo Herald.
“Sabemos que está recibiendo un tratamiento más que correcto”, manifestó García-Margallo en una entrevista a la radio española Onda Cero. “Está en una celda solo, donde tiene un patio para pasearse. Está teniendo contacto con sus abogados de forma absolutamente normal y regular y con nuestra embajada”.
La Fiscalía cubana pide siete años de prisión (42 meses por cada muerte) por un cargo de homicidio vehicular. Según las autoridades cubanas, Carromero manejaba a exceso de velocidad cuando chocó en una carretera de Bayamo, en el oriente de la isla.
El juicio contra Carromero debió empezar la semana pasada en Bayamo, pero fue postergado por las autoridades sin que hasta el momento se conozca su fecha de incio. El joven político español permanece detenido en un centro del Ministerio del Interior de Cuba, conocido popularmente por su dirección como Cien y Aldabó, en La Habana.
Carromero viajó a Cuba junto con Jens Aron Modig, presidente de la Liga de la Juventud del Partido Demócrata Cristiano de Suecia, para encontrarse con Payá y otros disidentes. Durante el trágico incidente, Carromero y Modig solo sufrieron lesiones leves. Modig regresó a Estocolmo luego de ser interrogado durante varios días por las autoridades cubanas.
Payá y Cepero murieron cuando el vehículo que manejaba Carromero, un Hyundai Accent de cuatro puertas, se salió de una carretera y chocó violentamente contra un árbol, de acuerdo con el reporte oficial, que también indica que  Carromero ignoró una señal de tránsito.


La policía destruye a mandarriazos la choza de opositores

LA HABANA, Cuba, 6 de septiembre (Agencias, www.cubanet.org) - Miembros de la policía política y el Partido Comunista en la localidad oriental de Palma Soriano "asaltaron y destruyeron la choza" de los opositores Vivian Peña Hernández y Vivian Peña Hernández, informó la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) según un reporte de Diario de Cuba.
"Invadieron su vivienda, se los llevaron violentamente, les golpearon, se llevaron detenida a su hija de tres años", denunció José Daniel Ferrer García, líder de UNPACU.
Peña Hernández es miembro de las Damas de Blanco y activista de UNPACU y Misael Valdés Díaz representa al Frente Nacional de Resistencia Cívica en Palma Soriano, una municipalidad de Santiago de Cuba.
La choza del matrimonio opositor estaba en el suburbio La Ventolera, en las afueras del reparto 27 de Noviembre. Los militares destruyeron la casa con mandarrias y rompieron el televisor, dijo Diario de Cuba.
"Es una zona de miembros del Ministerio del Interior. Les dijeron que ellos eran contrarrevolucionarios y que no podían seguir viviendo ahí", añadió Ferrer.
La represión ha aumentado esta semana en Palma Soriano para evitar que Damas de Blanco y otros opositores  participen el sábado 8 de septiembre en las misas por el 400 aniversario de la Caridad del Cobre, indicó UNPACU.



EE.UU. retira permiso a nueve agencias de servicios a Cuba

WASHINGTON, Estados Unidos, 6 de septiembre (Agencias, www.cubanet.org)  - El Departamento del Tesoro de Estados Unidos retiró el permiso a nueve agencias que proveían servicios de transporte, viajes y envíos de remesas a Cuba, de acuerdo con un informe publicado del jueves.
Las seis compañías radicadas en EE.UU. a las que se les revocó el permiso fueron:
A Aires D'Cuba Inc., EWISETAX, Inc.,  Havana Travel Agency LLC, DFL Services, LLC, Atenas de Cuba Travel (incorporada como Monivero Corp.), Cachita Travel Inc., Immigration Services Express, LLC, L.V’ Services & Travel Agency y Wajiro Travel (incorporada como Golden Travel & Leisure, LLC).
El informe no explica por qué esas agencias fueron desautorizadas por el gobierno estadounidense.
Por su parte, 17 nuevas empresas fueron autorizadas a proveer servicios relacionados con Cuba:
Turismo Tony Pérez, Inc., G & Y Services, Inc., La Pinareña Travel, Inc., Las Américas Travel  Cargo and Courier, LLC, Suárez Fashion, Corp., Cuba Linda Services, Corp., CubaXpress, LLC, LB Travel & Services, Corp., Ocean Export Travel, Inc., The Falls Travel Agency, Inc., Tropi-Cuba Travel Services Corp., Villa Cuba Travel, Corp., DECM Multi Services, Corp., Mi Habana C.V. Multiservices, Corp., Malecón Express Services, Inc., Panacaribbean Travel, Inc. y Pegazul Travel, Inc.
A pesar de la flexibilización de las restricciones de viajes a Cuba por parte del gobierno del presidente Barack Obama, las nuevas tarifas aduaneras impuestas por el régimen cubano, que entraron en vigor el 3 de septiembre, han estrangulado los envíos de paquetes y los viajes a la isla y han causado malestar dentro y fuera de la nación caribeña.
Artículos relacionados:  Nuevos aranceles harán la vida más difícil a los cubanos.
El éxodo y la reforma migratoria, el dilema del régimen cubano.




Cerrarán la fábrica de níquel más antigua de Cuba

LA HABANA, Cuba, 6 de septiembre (Agencias, www.cubanet.org) –Un reciente escándalo de corrupción y la caída de los precios del níquel en el mercado han obligado al régimen cubano a paralizar las operaciones de la fábrica René Ramos Latour, la más antigua del país, informó el sitio Café Fuerte.
La decisión de cerrar la fábrica de níquel, ubicada en el oriente del país, fue comunicada a los trabajadores esta semana.
"Eso lo sabe ya todo el mundo en Nicaro. El comentario general es que en el pueblo se las van a ver negras ya que es la principal fuente de empleo", dijo a Café Fuerte una fuente vinculada a la industria del níquel en Holguín. "Lo único que falta por definir es la fecha".
La mayoría de los empleados tendría que buscar trabajos de cuentapropistas, indicó la fuente.
El proceso se haría de manera gradual, comenzando primero por el cierre de la mina. La fábrica seguirá procesando el mineral ya extraído y paulatinamente se irán cerrando departamentos de la instalación.
Según datos oficiales, la René Ramos Latour tenía empleados a más de 5,000 profesionales en el año 2009. Es operada actualmente por la estatal Cubaníquel, según Café Fuerte.
El 21 de agosto pasado la prensa cubana informó que tres ex viceministros y otros nueve altos funcionarios de la Industria Básica, algunos de ellos de Cubaníquel, fueron condenados a entre cuatro y 12 años de cárcel por actos de corrupción relacionados  con la expansión de la fábrica "Pedro Soto Alba", de Moa, en asociación con el conglomerado canadiense Sherritt Internacional.
El escándalo estalló en la René Ramos Latour, donde en septiembre de 2010 fueron detenidos seis altos directivos de la fábrica, entre ellos el director e ingeniero principal.
Los precios del níquel se han desplomado en el mercado mundial,  al pasar de 10.56 dólares por libra en el segundo trimestre de 2011 a 7.88 dólares por libra en el segundo trimestre de 2012, indicó Café Fuerte.



OPINIÓN

Debut de un poeta / Nicolás Águila

MADRID, España, septiembre, www.cubanet.org -Entre los juegos de mi infancia había uno que se destacaba por su sana agresividad. Era una broma pesada en forma de adivinanza: “Juan y Dame fueron al río. Juan se ahogó. ¿Quién quedó?”… Si respondías “dame”, ya sabes que en el acto te sonaban un piñazo sin derecho a  desquite. Perdías legal, como dicen los jugadores de dominó.
Lo mismo que otros juegos infantiles, fuesen orales o de manos, la adivinanza de Juan y Dame desapareció con el relevo generacional. Pero mira por dónde. Hete aquí que fue rescatada del olvido por la poesía coloquial que se puso de moda hacia los años sesenta en la isla del relajo y el disparate solemne. Y a mí me tocó ser testigo de excepción.
Todos hemos sentido alguna vez eso que llaman alipori o vergüenza ajena. Yo la sentí la tarde en que vi a un antiguo compañero de la secundaria leer un poema del que se declaraba su autor. En realidad era una copia casi exacta de aquella adivinanza de la niñez. Con algunos retoques, claro. Donde decía Juan y Dame, ponía el campo socialista y el imperialismo. Luego le agregaba un coño y un carajo y ya tenía cuadrado el poema. Muy original, audaz y vanguardista.
Sin percatarme de toda su trascendencia, ese día estaba asistiendo al debut de una joven promesa de la poesía conversacional. Hoy sigue de figurón oficialista, haciéndose pasar todavía por poeta y ya sin prometer absolutamente nada. Pero aquella tarde inaugural impresionaba al auditorio de la Casa de la Cultura municipal (y espesa) con el jadeo de su verso de plomo. Muy en la onda telúrica y sudando la calentura de la antipoesía, que por entonces era la fiebre de la Patagonia al Bravo.
América Latina se estremecía con dolores de parto, pero no acababa de producirse el alumbramiento histórico. Y en eso llega el partero de la Nueva Trova y la puso a parir. ‘La era está pariendo un corazón’ se convertía así en la canción emblemática de aquellos años patéticos. Los cubanos más jóvenes (y otros que no lo eran tanto) llegaron a creerse que esa cursilería obstétrica acerca de un corazón mal parido era lo máximo de la poética tercermundista. En los años del teque y la inseminación artificial, mermaba el ganado vacuno y pululaban los farsantes. La era lo que estaba pariendo era un mojón.
Si lo que tuve que soportar aquella tarde lejana se llama poesía, mi abuela seguramente fue una gran poetisa que nunca se dio cuenta de que lo era y no le dio por anotar sus ocurrencias. Le faltó la malicia precursora de aquel caradura, que después del pujo en forma de adivinanza pasó a leer un segundo poema sobre el cultivo del tomate hidropónico. Fue tal el impacto que recibió una andanada de aplausos y hasta lo fue a felicitar un funcionario de Cultura allí presente.
—Sigue escribiendo así, que vas por el buen camino de la poesía agropecuaria— le aseguró el cheo culturoso. Y el joven poetiso, venciendo las inhibiciones propias del miedo escénico, ya envalentonado se dispuso a leer el resto del ‘poemario’.
—Ahora quiero leerles otras cositas mías que he hecho últimamente— anunció entre coloquial y modestico, pero amenazando con la pejiguera de un recital.
Las cositas tuyas se las mete otro animal, me dije yo. Me levanté del asiento con ganas de ir al baño. Y le vendí el cajetín.

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